No se puede afirmar que el año 2017 sea el del despegue de la educación regional si se trata de las mediciones que realiza el Simce. Sin embargo, sí resulta muy alentador que nuestra región se haya colocado al tope a nivel nacional, tras la prueba que se aplicó a los cuartos básicos.

Se trata de niveles en los que los aprendizajes y las competencias adquiridas particularmente en lenguaje y matemáticas -materias en las que los estudiantes fueron medidos- son muy importantes como base para el futuro educacional. Y son precisamente estos niveles en los que los alumnos y alumnas de Arica presentaron un alza importante en su rendimiento.

Según se informó desde la Seremi de Educación, nuestra región obtuvo un puntaje promedio de 265 en matemáticas, mientras que en lenguaje se alcanzaron los 277 puntos. Destacó, además, el hecho de que en la Provincia de Parinacota, la evaluación presentó un avance de 34 puntos en lenguaje y 25 en matemáticas, respecto de la prueba anterior.

En general, también se destacó que a diferencia de lo que ha ocurrido históricamente en distintos puntos del país, en la región la brecha de género prácticamente desaparece.

Es interesante que más allá de si se pueden o no mantener estos resultados en el futuro, se vayan recogiendo las experiencias exitosas. Como es el caso de la que apareció publicada en "La Estrella", respecto de la escuela Comandante Juan José San Martín, de la Población Chile. En este plantel, los alumnos y alumnas que participaron en la medición alcanzaron los 271 puntos en lenguaje y 261 puntos en la prueba de matemáticas, 15 y 13 más que en la prueba anterior, respectivamente.

El refuerzo de sus capacidades fue importante. El que se les llamara "los askirinaka" o "los mejores" en aymara, alude a que ellos, los alumnos de todo el colegio, pueden salir adelante y pueden mostrar que efectivamente son los mejores.

El que entre toda la comunidad educativa, en todos los colegios se refuercen los objetivos y trabaje de manera unida, permitirá seguir avanzando en estos resultados.

Es el nombre de los Ciclos de Charlas de Género que venimos desarrollando junto a algunas congéneres, la idea: desafiar el interés político y social femenino; los temas centrales: la incomprensible desigualdad entre hombres y mujeres, esa injusta diferencia que en su origen no tiene ninguna razón atendible o bondadosa que la justifique. Me atrevo a decir, desde esta y otras experiencias, que todas las mujeres en algún momento de nuestra vida, hemos sentido el yugo de esa desigualdad, esa que se respira y casi palpa en el aire, permanentemente, y esto no es una exageración, es sólo que parece tan "natural" que se "nota poco". En este sentido la grave denuncia hecha por una estudiante de Derecho de la Universidad de Chile en contra de su profesor y ex Presidente del TC por Acoso Sexual, desencadenó que se "visualizaran" una serie de situaciones de corte machista y de abuso de poder, pero que siempre se han dado en ésta y otras carreras, quizá por eso fue curioso ver personas que actuaran tan sorprendidas y otras que prefirieran "bajarle el perfil"; lo cierto es que ocurren, yo las experimenté, es un abuso difuso, pero constante, difícil de encasillar, que está normalizado y humilla, quizá sea por esto que cuando la Corte Suprema decidió agregarle la "A" a la palabra Abogado en el título, muchas optáramos por seguir ocupando nuestro título en genérico, pues una "A" no cambia lo que necesita ser cambiado. El nuevo movimiento feminista ha sido criticado tal como ocurrió con el MEMCH, con más fuerza por las propias mujeres, y si! ver mujeres marchando a senos descubiertos es rupturista, pero es que quizá hoy la mesura de las valientes Sufragistas no baste ¿Cómo se le explica a una mujer casada en sociedad conyugal que hoy, pese a ser plenamente capaz, igualmente requiera la autorización del marido para disponer de su Patrimonio Propio? me lo pregunté en la escuela de derecho y me lo pregunto ahora ¿Por qué? Ya no hay excusas para seguir manteniendo a más de la mitad de la población atrapada en la desigualdad, con una educación sexista, normas añejas y prácticas injustas, las cosas deben cambiar y ahora es cuando: Son Tiempos de Mujeres.