En este restaurante de casa la están rompiendo "y sin condimentos"
Vecinos y visitantes del Cerro La Cruz disfrutan con la particular comida "al estilo de la casa" que con las tres B termina encantando a sus clientes.
Un peculiar restaurante de comida al "al estilo de la casa", es el que está ubicado en el Cerro La Cruz y que además de buen sabor, brinda un acogedor ambiente que termina conquistando a quienes lo visitan.
La historia se inicia hace varios años cuando la familia Oyarce Antillas decidió montar un restaurante e inculcarle a los más pequeños de la casa el arte de cocinar.
"Nosotros somos 12 hermanos y todos tenemos el don de cocinar rico porque mis padres lo hacían muy bien. Algunos nos dedicamos a la cocina y otros a la carnicería pero nos mantenemos en esos rubros", dijo Ester Oyarce, dueña del restaurante La Antonelli, nombre que además aseguró haberlo colocado en memoria de su madre.
Desde el 2014 la también ama de casa compró, junto a otra de sus hermanas, las acciones del local para dedicarse de lleno a vender comida "al estilo de la casa" que no solo dice preparar cada plato con cariño, sino también asegura no usar ningún tipo de condimento por preferir lo natural.
"Yo te cocino sin ningún condimento, solo uso ajo y todo lo natural que pueda y eso ha dado muy buenos resultados".
No solo el secreto de la casa está en su sazón particular sino también en el ambiente que les brindan a sus usuarios, donde la hija de Ester termina siendo un complemento ideal.
"A mi hija le dicen la loca porque siempre anda riendo y jugando con quienes vienen a comer y ellos se sienten como en casa porque nuestro mesonero también atiende maravilloso".
Juanito, es el primer nombre que se escucha al entrar al lugar y quien rápidamente recibe a los clientes, retirando los platos de los que ya comieron y preparando la mesa para los nuevos clientes.
"De Antofagasta, Iquique, empresarios, mineros y demás personas vienen fielmente a comer con nosotros porque lo atendemos lo mejor que podemos y la higiene la cuido mucho con lavar las cosas, cocinarlas bien y todo lo demás porque debo cuidar que nadie se enferme porque ellos dependen y confían en nosotros por comer aquí", dijo.
"Volveré"son las ultimas palabras que dieron varios clientes luego de probar los almuerzos del restaurante, cosa que pareció no sorprender a Oyarce.
"Siempre dicen lo mismo y así lo cumplen porque vuelven. Lo que más me gusta es cuando me dicen que es muy rica mi comida y me anima a seguir en lo mío porque la verdad es agotador el trabajo -pero gracias a Dios y mi madre- tengo mucha salud para seguir dándole buena comida a mis clientes".
Un negocio que es de familia donde los hijos, sobrinos y demás parientes son los encargados de ofrecerle un buen servicio a las personas que pretenden disfrutar de una comida sana por tan solo 2000 mil pesos. "Nunca nos va a faltar el pescado, chancho y pollo. Los fideos, porotos, pastel de acelga también los tenemos en los menús y que además vienen con un juguito. Solo quiero que sigamos dándonos a conocer por ser carismáticos y vender comida como de la casa".
Hasta que finalizó la jornada laboral, los chistes y risas de los clientes no cesaron en el restaurante del Cerro La Cruz, clientes que además aseguraron que no se perderían del menú del otro día.