Una de las principales amenazas para nuestro planeta está dada por el cambio climático antropogénico. Se trata de la alteración progresiva del clima en la Tierra, debido a la acción humana, a los efectos e impactos ambientales que generan las más diversas actividades que realiza el ser humano en su conjunto.

Y no son menores. No lo son ni los cambios, ni las actividades, muchas de las cuales se ejecutan si medida alguna de los efectos que tienen sobre la naturaleza. Es por eso que la World Wide Fund for Nature (WWF) impulsa desde 2007 "La Hora del Planeta", una iniciativa voluntaria mediante la cual alrededor del mundo la población realiza un apagón voluntario durante 60 minutos.

La WWF define esta iniciativa como una actividad que "busca que los individuos, las empresas, los municipios, centros educativos y, en general, todas las organizaciones y entidades asuman un compromiso cotidiano con el medio ambiente, adoptando prácticas más eficientes y responsables en el uso de la energía y los recursos naturales, y reduciendo sus emisiones de gases de efecto invernadero".

El evento ha sido asumido con interés y entusiasmo no sólo por organizaciones no gubernamentales y ciudadanos conscientes de la necesidad de cuidar nuestro planeta, sino que también por distintos Estados y administraciones.

Arica no estuvo ajena a "La Hora del Planeta". La Oficina de Medio Ambiente de la municipalidad se encargó de organizar una actividad que hizo un llamado al cuidado del planeta y a realizar acciones cotidianas como respetar los horarios de la basura, no lanzar desperdicios en cualquier parte y sumarse a la campaña de evitar las bolsas plástica. El anfiteatro Yerbas Buenas en el sector Punta Norte de la ciudad, fue el lugar donde se apagaron las luces por una hora, se encendieron 300 velas y se realizaron presentaciones artísticas, concursos y entrega de regales a los vecinos.

Es un hecho que este sábado Arica no se oscureció y que muy pocos adhirieron a esta invitación. Es tiempo de tomar conciencia respecto al trato que le damos a nuestro planeta.

Llamó la atención la idea de construir en el casco antiguo de Arica plazas de bolsillo, iniciativa surgida por primera vez en Chile el 2013 en Santiago donde participó la Intendencia y el Ministerio de Obras Públicas y, posteriormente, en otras comunas con aportes público-privado. La idea en nuestra ciudad se sustenta en habilitar sitios eriazos en abandono para ser dotados con carros de comida o "food trucks", sillas, mesas, quitasoles, bicicleteras, zona para fumadores, plantas en maceteros y basureros lo que puede ser enriquecido con casetas de información turística y murales con paisajes regionales según condiciones y sector donde se ubiquen.

La idea tiene positivas repercusiones por la gran cantidad de terrenos de propiedad fiscal en completo abandono y otros privados destinados a estacionamientos sin ningún aporte a un desarrollo urbanístico defendible los que podrían ser intervenidos para transformarse en espacios públicos transitables incentivando los flujos peatonales, transformar la deprimente imagen urbana de nuestra ciudad, eliminar focos de contaminación, brindar seguridad a las personas y fomentar la participación ciudadana con emprendimientos privados y diversificar el comercio local.

El concepto de "bolsillo" se explica porque todos los elementos que la conforman, como las plantas en maceteros, mesas, sillas, food trucks, entre otros, pueden ser trasladados a otro sitio una vez finalizado el comodato o préstamo de uso del terreno, es decir, se toman las cosas y se llevan a la siguiente plaza dentro de un bolsillo cuando el predio da paso a un proyecto arquitectónico o inmobiliario.

La iniciativa de construir estas plazas de bolsillo o intervenciones como lo fue la exitosa iniciativa este verano en calle Colón con multicolores quitasoles, puede resultar toda una innovación en materia estética, recuperar espacios públicos sub utilizados porque promete entregar beneficios turísticos, de esparcimiento a la comunidad y oportunidades a emprendedores.