En su primera misa en Santiago, el Papa Francisco elogió la fortaleza de los chilenos para salir adelante en situaciones de adversidad, como han sido las catástrofes naturales. Sin duda, esta característica nos distingue a los chilenos.

Este fue uno de los mensajes que dejó el Pontífice en su visita por tres días al país. Lo importante es que sus ideas hayan dejado huella y que se transformen en motivo de reflexión, con el fin de valorar lo destacable de los chilenos y para avanzar en las correcciones que se requieren. Tal vez hoy enfrentamos las consecuencias de una sociedad impactada por el consumismo, el materialismo y la secularización. Si bien hoy estamos más conectados con los demás, a veces es una comunicación superficial, de poco contenido, y es notorio que nos preocupamos poco de nuestros semejantes. El individualismo nos lleva a luchar por "tener más" y poco por "ser más" y como resultado de ello se aprecia el declive de las instituciones y de la espiritualidad.

En Temuco, tal como se esperaba, abordó el conflicto mapuche y señaló que el reconocimiento mutuo no puede construirse sobre la base de la violencia y destrucción, que terminan cobrando vidas humanas. "No se puede pedir reconocimiento aniquilando al otro, porque la violencia llama a la violencia, la destrucción aumenta la fractura y separación. La violencia termina volviendo mentirosa la causa más justa". Pero a la vez, ha criticado los "bellos acuerdos que no llegan a concretarse, con bonitas palabras, planes acabados, pero que al no concretarse significa borrar con el codo lo que se escribió con la mano".

En Iquique ofició la misa final de su visita, dirigida especialmente a los inmigrantes. Allí llamó a condenar las injusticias que se cometen contra quienes llegan al país y a estar atentos a las nuevas formas de explotación, como quienes se aprovechan de la irregularidad de inmigrantes porque no conocen el idioma o no tienen los papeles en regla.

Tal como lo citamos antes, los mensajes quedan, la visita terminó hace días, pero conviene masticar lo que quedó, en tanto se trata de llamados que apuntan al bien común.

Es totalmente legítimo el derecho de los ciudadanos a recurrir a los Tribunales de Justicia, eso es incuestionable. Sin embargo, consideramos preocupante el aumento de situaciones donde por vía judicial se ha vulnerado la certeza de los procesos administrativos relativos a la actividad de la construcción y, especialmente, de permisos de edificación.

Asimismo, nos preocupa que se mal utilice la acción de protección judicial para dejar sin efecto los permisos de edificación y detener proyectos de diverso tipo, lo que afecta tanto a los propietarios de esas empresas, a sus trabajadores (que pierden su fuente laboral), y a quienes se verán favorecidos (sociedad).

Lo que sucedió en el Mall Barón (Valparaíso), por citar un caso, puede generar una crisis de inversión y de desarrollo a nivel país, pues si no tenemos certeza ni validez respecto a dónde se puede construir, no se puede obtener el financiamiento bancario para ejecutar esa iniciativa.

Es más, hoy puede ocurrir que el crédito para la compra "en verde" no sea seguro para los bancos y, por ende, se niegue la entrega de recursos a una persona natural que solamente tiene el anhelo de adquirir una vivienda propia. Agregar que este escenario se puede extender no solo a un tema inmobiliario, sino que a todo tipo de infraestructura como oficinas, colegios, clínicas, hospitales, todo; desincentivando inversiones futuras.

Esta realidad debemos abordarla con urgencia para que todos los actores nos pongamos de acuerdo en el marco que nos regirá para así concretar un Estado moderno y confiable, con reglas claras y hechas por todos. Una solución fundamental es construir un trabajo con la comunidad y autoridades para edificar la ciudad que queremos, existiendo así una certeza en los instrumentos públicos y entidades técnicas (como Plan Regulador y Dirección de Obras, respectivamente). Construyamos juntos.