La customizadora ariqueña que hace furor en el sur
Constanza Cabezas vende ropa usada con nuevos diseños elaborados por ella, a través de internet. Sus modelos en mezclilla son tendencia en Concepción.
Como nadie (o casi nadie) es profeta en su tierra, Constanza Cabezas sueña con tener una tienda de ropa en Arica, la ciudad que la vio nacer. No le teme a la competencia de las grandes tiendas. De hecho, en Concepción, donde vive actualmente y donde hay tres mall, decenas de clientes se pelean la ropa que diseña y define "con sello urbano".
Con un título de técnico en enfermería, la joven siempre supo que lo suyo era el diseño y la moda y no las agujas y las curaciones. Desde pequeña veía a su madre pasar horas frente a la máquina de coser y recuerda que la ropa de las muñecas se la hacía ella con total dedicación.
"Mi mamá si no encontraba alguna prenda que le gustara, se la hacía. A los diez años me enseñó a ocupar la máquina y así fui aprendiendo, echando a perder", cuenta.
Constanza recuerda que poco a poco se fue familiarizando con el diseño y la confección, al punto que ella misma terminaba haciéndose la ropa. "Si quería un vestido ancho, pero no tan largo, compraba una blusa XL en la ropa americana y le sacaba las mangas, le hacía un cuello nuevo o le ponía pedrería, y se transformaba en una prenda linda y exclusiva".
Los inicios
Tras no encontrar trabajo en lo que estudió, una hermana de su madre que tenía una tienda en Concepción, le ofreció trabajar customizando ropa, es decir, tomando la ropa usada para darle un nuevo uso.
"Nos empezó a ir bien. Pasó algo curioso porque hice un diseño súper juvenil que lo terminó comprando una señora de 60 años y eso es porque la gente mayor se atreve a usar cosas onderas pero no puede porque el mercado no las ofrece", comentó.
Pasó el tiempo y Constanza pudo realizar el curso de diseño que siempre soñó. Fue así como una vez terminados los estudios, invirtió dinero y partió de manera independiente bajo la marca Coca Moya. Coca como diminutivo de Constanza y Moya, por el apellido materno.
"Compré hartas camisas de hombre y las convertí en vestidos sin hombros. Fue lo primero que hice y logré venderlas todas a través de internet. Las clientas llegaban a mi casa a buscar las prendas".
Así fue ganando fama y seguidores a través de Facebook e Instagram. Pero, de repente la Coca se aburrió de coser. "Terminaba estresada, así que decidí ponerme a pintar sobre tela", recuerda.
Buscó pinceles, pintura y diseños. Así llegó a su primera Frida Khalo, una inspirada en el cubismo y cuyo autor original, el mexicano Misael Huerta, le autorizó a plasmar en la mezclilla. "Esa chaqueta se vino a Arica, así que en algún lugar debe estar", confiesa.
Después de este episodio, los pedidos continuaron y se empezó a hacer cada vez más conocida en el sur, al punto que la invitaron a la apertura de la tienda H&M en Concepción.
"Actualmente me dedico a los pedidos a través de internet que se orientan, básicamente, a las chaquetas, jeans y zapatillas. También tengo un local y poco a poco he ido ampliándome en lo que hago".
Aunque resida a kilómetros de ciudad natal, Coca siempre está conectada con Arica. Ahora está de vacaciones y participó de un showroom. "Siempre vuelvo. Ya en marzo pienso retornar otra vez", confesó.