Los Gómez se llevan todo a la playa, menos los celulares
El vivir durante unas semanas en Las Machas no los limita a realizar sus asuntos laborales. También señalan que cada año han mejorado las condiciones en que acampan.
La familia Gómez Gutiérrez ha tomado como tradición cada verano, desde hace 20 años, instalarse en la playa Las Machas, para acampar.
Verónica Castillo, madre de Juan y Cintia Gómez, dice que la experiencia que les deja el alejarse de la ciudad por semanas y hasta el mes completo, les permite vincularse como familia y con la madre naturaleza.
El inicio de la aventura
"Todo nació un día en que mi hija, Cintia, estaba pensando en una manera que todos pudiéramos disfrutar como familia y a la vez poder ir a trabajar sin interrupción, por lo que nació como alternativa que antes del fin de año instaláramos todo en un espacio de la playa y así poder estar cómodos alejados de lo común del día, vacacionando, pero al mismo tiempo con acceso a salir a trabajar para luego volver y seguir compartiendo en familia".
Juan Gómez es uno de los que conforma la familia y que además se unió al camping con su esposa y su pequeño de tan solo 5 meses de nacido, mientras que su hermana, Cintia Gómez, hizo que el grupo creciera con el nacimiento de sus dos hijos, que en la actualidad tienen 8 y 6 años, y su esposo.
"Algo interesante es que como normalmente nos instalamos el 29 de diciembre para que nos de chance de ir trayendo poco a poco las camas, baños, mesas y todos los implementos de la casa, se toman también las previsiones de alimentos y bebidas que vamos a necesitar, incluyendo las de la celebración del fin de año, por lo que cuando estamos recibiendo el año nuevo cada uno puede hacer lo que quiera, dormir, comer, irse a la orilla de la playa a disfrutar de la naturaleza y los fuegos artificiales que se ven espectaculares desde aquí, y nada nos hace falta, porque tenemos lo que necesitamos a la mano".
Una semana es la que normalmente planifica la familia que acamparán, cosa que no cumplen, ya que comentan que siempre terminan durando hasta un mes en el sitio.
"Estar conectados con la naturaleza, encontrarse con la madre tierra y compartir en familia es lo más importante de este tipo de actividades que hemos tomado desde hace dos décadas, por lo que a los niños no les permitimos usar teléfonos ni nada de tecnología para que puedan relacionarse sin distracción con nosotros y la belleza de la playa".
Moscas en las carpas
Verónica aprovechó para expresar que a causa de la basura que es dejada por otros cerca del espacio de camping, ha aumentado la presencia de moscas, lo que resulta antihigiénico y molesto. "Es de mal gusto que estemos disfrutando de todo lo bonito que se presencia en la playa y lleguen las moscas, que a veces, más que en otras oportunidades, nos dañan el ambiente".
A pesar de esto, Castillo también comentó que uno de los momentos en que ha sentido la plenitud, es cuando están compartiendo y ven a un lado de su carpa la puesta del sol, mientras que del otro admiran la belleza de la luna al caer la oscuridad.
"Otras actividades que hacemos es jugar cartas, dominó y ahora hasta compramos un micrófono para cantar, por lo que siempre andamos riéndonos y disfrutando, en especial los pequeños de la casa, que tienen la libertad de tener experiencias que no tienen precio".
Ella expresa que a pesar de que ahora son nueve los integrantes de la familia y que han llevado a cabo la tradición de acampar, esperan que en algunos años sean más y que puedan seguir disfrutando de la experiencia.
"La unión de la familia y los amigos que se han mantenido gracias al camping ha sido maravilloso durante estos 20 años, considerando que es lo mejor que se nos pudo ocurrir".
Por su parte, Cintia Gómez expresó que "la belleza de la playa nos brinda una gran oportunidad de valorar lo que somos y que magnífico si muchos se aventuraran a vivir este tipo de cosas que, además, fortalecen los lazos entre todos los que se unen al camping".
La familia Gómez Castillo no solo luce feliz por lo que están viviendo si no que también dicen sentirse cada vez más unidos al tiempo que forman valores en los más pequeños de la casa para que a su debido tiempo puedan enseñar a su descendencia lo importante de la unión familiar.