Camila Espinoza López
El Año Nuevo es una instancia para compartir con familiares y amigos. Lograr que la cena y el festejo resulte bien suele ser una preocupación que puede ser estresante, especialmente si uno de los invitados se pone "odioso" e incomoda a los demás.
Domingo Izquierdo, director de la Clínica Psicológica de la Universidad Andrés Bello (UNAB), recalca que hay que procurar pasarlo bien y advierte que lo peor en estas fechas es sentirse presionado.
"Lo mejor es tomar las fiestas como lo que son, y evitar imponerse que hay que pasarlo increíblemente bien, como si esto fuera una obligación. Lo que más perturba la posibilidad de gozar de una situación es justamente sentir que es imperativo que sea un momento obligatoriamente placentero", dice el especialista.
Pasado de copas
En este tipo de celebraciones no es raro ver a algún pariente "pasado de copas" que termine generando conflictos, o poniendo en vergüenza al organizador de la cena.
"Si entre los miembros de una familia o un grupo hay alguien que tiene serios problemas con el alcohol, lo aconsejable sería que todo el grupo se abstuviera de beber, al menos mientras esta persona esté presente", dice Izquierdo.
José Luis Rojas, psicólogo de hipnosalud.cl, plantea que las personas conocen cómo se comportan sus cercanos y que, si en años anteriores uno de ellos ha provocado problemas por beber en exceso, una buena opción es conversar antes de la cena.
"Hablaría con la persona antes de que tomara. Decirle: 'tú has creado un par de dificultades en fiestas anteriores', te pido que no tomes o contrólate. No quiero que haya un problema", dice el experto a La Estrella.
Además, explica que, en caso de ser molestado por una persona que se encuentra ebria, no hay que seguir el juego ni discutir.
"Hay que tratar de no enganchar con alguna pesadez que pueda decir. Ahí se producen los roces. La gente que está con copas de más no tiene mucho criterio", recalca.
Si se tiene cercanía con dicha persona, se podrá intentar conversar y pedirle que se tranquilice sin llamar la atención del resto. Lo importante es tener claro qué tan compresivo puede ser el invitado cuando se encuentra alcoholizado. Lo anterior, sin embargo, tiene un límite y si un invitado vuelve la comida insostenible, se le puede pedir que se retire.
Ojo con los invitados
Durante el festejo de Año nuevo, a veces, se debe lidiar con familiares o conocidos que no quedan conformes con nada y están constantemente criticando el menú y todo lo que se hace, lo que puede arruinar la velada de quien organiza.
Izquierdo comenta que lo mejor en ese tipo de casos sería evitarse malos ratos y quizás no invitar a quién sólo amargará el festejo.
Una opinión similar tiene Rojas: "No hay mucho que hacer. Hay gente que es crítica y no colabora. Recomiendo mantenerse alejada de esa gente".
El especialista recalca que no hay que pasar momentos desagradables por invitar a personas por compromiso. También es bueno pensar bien a quién se convocará para el Año Nuevo cuando existen rencillas entre familiares. "Se puede invitar a una de las partes para no crear conflicto", dice Rojas.
El psicólogo agrega que "si hay conflictos en la familia, las mismas personas involucradas no deberían asistir o evaluar la situación y ver si vale la pena ir".
No esperar
Otro punto que puede generar molestia en la cena de fin de año es el retraso de un invitado, especialmente si se había comprometido a aportar en la cena. En estos casos, Rojas recomienda ceñirse a lo presupuestado y no retrasar a los demás.
"Una persona que llega tarde tendrá sus consecuencias, llegará al postre. Los horarios están hechos para cumplirse. Que el anfitrión diga: 'partamos por respeto a los que llegaron'", dice el experto.
"Lo mejor es tomar las fiestas como lo que son, y evitar imponerse que hay que pasarlo increíblemente bien, como si esto fuera una obligación"
Domingo Izquierdo,, académico de la UNAB"