Desde años han causado inquietud entre los postulantes. Con distintos nombres han tenido permanencia en el tiempo: bachillerato, prueba de aptitud académica, de artes, de conocimientos específicos y actualmente pruebas de selección universitarias (psu). Sistemas creados por la U.de Chile como procedimientos de admisión también han sido objeto de críticas variadas. Lamentablemente la extensión de contenidos no permite acceder a un relato de su trayectoria histórica. En escasos días más miles de estudiantes enfrentarán un nuevo desafío de las pruebas selectivas obligatorias y optativas. Luz, para quienes se han esforzado durante los años de educación media planeando quehaceres y organizando adecuadamente el tiempo. Sombra para los que se descuidaron y para quienes han sufrido carencias sociales, físicas y afectivas que han afectado su desarrollo. Paralelamente se presenta la decisión vocacional que no es asunto simple ni surge en un momento. Se toma su tiempo porque trata de un proceso que se inicia tempranamente y se va modificando a medida que el sujeto atraviesa distintas etapas de desarrollo y supera los desafíos que éstas le presentan. Intereses, aptitudes, habilidades, destrezas, limitaciones, la personalidad con sus rasgos y conductas sumadas a tantas otras competencias y factores afines deberán confrontarse con las posibilidades adecuadas al potencial que se posee. Obviamente deseamos que en esta cercana tarea logren resultados exitosos. No olvidar el plan "B" por si las cosas no salen bien. La persona emocionalmente madura acepta los malos momentos sin olvidar que siempre existen otras alternativas.

Finalmente las recomendaciones de siempre: reconocer locales y salas; llevar cédula de identidad, tarjeta de identificación, lápiz grafito 2 y goma de borrar. Está prohibido ingresar con celulares, calculadoras y otros artefactos electrónicos ( no se responde por extravíos). En cada local funcionará una Sala de Informaciones que solucionará cualquier contingencia que se le presente. Finalmente… ¡muchísimo éxito a todos/as!!

Tras las elecciones de este domingo, las caras largas no sólo se vieron en candidatos que no recibieron la votación que esperaban. También había en quienes votaron por algunas de sus opciones preferidas, especialmente para Consejeros Regionales y parlamentarios, quienes finalmente debido al nuevo sistema proporcional, tampoco consiguieron el cupo al que postulaban.

El cambio del sistema binominal al proporcional fue ampliamente celebrado en nuestro país. Muchos pensaron que con esta variación, se terminaban las listas, los arrastres y los triunfadores de escasa votación. Sin embargo, en los hechos, no fue así.

Uno de los casos emblemáticos y que ha sido motivo de discusión y reflexión a nivel nacional, ha sido el del doctor Enrique Lee, quien fue el candidato más votado en la región para el Senado. El cirujano plástico logró superar a los dos ganadores, pero el hecho de ser independiente le significó quedar fuera de toda opción. El escenario se repitió en distintas regiones y circunscripciones del país, lo que hizo que las redes sociales fueran el receptáculo de las más variadas críticas.

Está claro que, en todo caso, el sistema proporcional también permitió la aparición de nuevos liderazgos y definiciones políticas. Y es que se trata de un método que no busca privilegiar precisamente partidos, sino que más bien propuestas. Sin embargo, se encuentra de golpe con una realidad que hoy es criticada.

Qué se le puede decir a aquellos electores y electoras, especialmente jóvenes, que decidieron finalmente "decidir ellos" y no que "otros lo hicieran por ellos", pero sus candidatos finalmente no ganaron debido a un sistema que se distancia del binominal, pero que responde a lógicas políticas en las que los independientes no tienen el camino precisamente fácil.

Se evitan los caudillismos, pero también se restringen los nuevos rostros. Si a eso se suma la posibilidad que incluso los partidos políticos que respaldaron a algunos de los parlamentarios o Cores elegidos, podría desaparecer de acuerdo a la nueva Ley Electoral, lo cierto es que aún queda mucho por hacer en nuestro país para incentivar la participación, desde el corazón de la actividad política.