El Centro de Estudios Públicos (CEP) entregó los resultados de una investigación que realizó con miras a las próximas elecciones presidenciales, parlamentarias y de consejeros regionales del 19 de noviembre.

Se trata de una encuesta sobre el votante probable, que, entre otras conclusiones, mostró que un 43% del padrón electoral concurriría a las urnas estos comicios. De esta forma, el sondeo proyecta que probablemente emitirán su sufragio entre 5,9 y 6,7 millones de personas.

De acuerdo a la encuesta, un 28% del padrón electoral estaría más distante de asistir a votar; esto, porque un 16% contestó que "con toda seguridad no asistirá a votar", mientras que un 12% contestó que "probablemente tampoco lo hará".

Tal como se ha comentado en este mismo espacio, estas respuestas muestran el desafío que tiene la clase política y el Estado en general para conseguir la participación electoral de la ciudadanía, fundamental para el respaldo y la legitimidad del sistema y las autoridades.

Sin embargo, estas conclusiones no son las únicas que se desprenden del estudio del CEP. Por ejemplo, también aparecen los temas que han sido instalados en la opinión pública por inquietudes ciudadanas, como también los resultados que han tenido otros que han sido puestos en la agenda por el mundo político y el gobierno.

Por ejemplo ante la pregunta cuáles son los tres problemas a los que debería dedicar el mayor esfuerzo en solucionar el gobierno el 47% cree que tiene que ver con la seguridad pública, mientras que el 38% se inclina por el tema de las pensiones que irrumpe con fuerza en el segundo lugar, Incluso superando la salud que está en el tercer lugar con el 36%. Estas respuestas, correspondientes al periodo septiembre-octubre. Porque en el periodo julio-agosto el tema pensiones no aparecía. Más abajo también pierde terreno en relación al periodo julio-agosto el tema de derechos humanos como también la reforma constitucional.

Todos estos resultados muestran algunos de los horizontes hacia donde debe apuntar el mundo político, sus propuestas y su trabajo, como también por dónde van las inquietudes de la comunidad nacional en estos días.

En general, en una democracia las elecciones constituyen un acto de madurez cívica, en el que en forma periódica se renuevan los cargos públicos de elección popular. La idea es que - además de la alternancia en el poder - se produzca una renovación de cuadros políticos, que permitan innovar en la conducción del país, a la vez que progresar en lo económico y social.

En Chile, las elecciones tienen además otro ingrediente, que es el convencimiento, de que los elegidos cumplirán las promesas de campaña, que constituyen un corpus de palabras bonitas, que entusiasman a algunos y luego decepcionan a muchos. La evidencia de esta tesis radica en las interminables acusaciones y réplicas de los candidatos, respecto del supuesto fracaso de las políticas públicas de su particular ideología. Por esta razón, según las encuestas, la mayoría de los chilenos - un sesenta por ciento - se abstendrá de votar el 19 de noviembre.

El problema que deviene de esta actitud, es la escasa renovación de la política nacional, que - como dijo un postulante a nivel local - se desprende de la inacción de los electores "que no votan", que favorece a los candidatos de los que "si votan", que son masivamente apoyados por su familiares y amigos, además de sus correligionarios de partido, sus simpatizantes, sus movilizadores políticos, sus apitutados y los potenciales beneficiados por su eventual gestión. Así de simple.

Luego, si usted está por el status quo de la política en Chile, puede quedarse en casa y abstenerse de votar, lo que irremediablemente garantizará el continuismo del "más de lo mismo" al pasivamente nos hemos ido acostumbrando los chilenos. Por otro lado, sin perjuicio de a quien favorezca su voto, si usted participa, hay posibilidad de producir un cambio, ya que usted estará enviando un poderoso mensaje a los políticos de siempre, que esta vez no tendrán las ventajas que tradicionalmente les ha brindado la abstención.