La profe a la que sus propios alumnos postularon al "Nobel de Enseñanza"
Marcela Rodríguez es docente de matemáticas y está entre las cinco finalistas nacionales del Global Teacher Prize. Si resultara ganadora, se mediría con sus pares de todo el mundo, en un concurso que destaca estrategias innovadoras de enseñanza y aprendizaje.
En la familia de Marcela Rodríguez (30) todos son matemáticos. Su padre Anselmo y su madre Dora, son docentes de esta materia. Su hermano y ella, también optaron por enseñar las propiedades de los números. Es más, sus padrinos también son maestros matemáticos.
Por eso para Marcela las matemáticas más que una ocupación son un hobby. Fue así desde que era pequeña y apoyaba a su padre en las clases particulares que hacía, tomando ella a los alumnos más chicos. O cuando con su hermano competían por quién resolvía ejercicios en un menor periodo de tiempo.
El amor que esta profesora ariqueña siente por los números, la llevaron a plantearse la forma de enseñar matemáticas a través del juego, para así quitar aquel estigma que considera a esta ciencia como aburrida o demasiado complicada.
Sus alumnos del Liceo A-1 Octavio Palma Pérez, la postularon al Global Teacher Prize, una especie de Nobel de la Enseñanza. Marcela es una de las cinco finalistas nacionales de un concurso que congregó a más de dos mil profesores de todo Chile, que destacan por la innovadora forma que tienen de enseñar.
El inicio en la granja
En su formación escolar fue alumna de su padre en enseñanza básica y de su madre en la media. "Tuve otros profesores, pero mis papás me marcaron como alumna", dice.
Ya egresando del liceo, la joven optó por estudiar ingeniería, pero a poco andar se dio cuenta de que quería enseñar y escogió la Pedagogía en Matemática, carrera que terminó en la Universidad de Tarapacá.
Su primera experiencia profesional fue en un colegio en Lluta. "Fue un desafío enorme, donde tuve alumnos de 7° y 8° básico con alto riesgo social y carencias".
Rodríguez recuerda que en la sala los estudiantes "no la pescaban", pues a varios no les interesaba más que terminar la enseñanza básica.
"Había historias fuertes de vida y por eso ellos no querían seguir con sus estudios, entonces tenía que entregarles herramientas para que pudieran desempeñarse bien en el futuro", cuenta.
Con este desafío en frente, la docente recurrió a la granja que existía en el establecimiento y aplicó las matemáticas a situaciones que para los niños les resultaran más cotidianas. "Recuerdo que me tocó pasar proporciones, que se trata de comparar cantidades y empezamos a realizar ejercicios considerando a los animales y así engancharon. Después pasamos mucho más fácil temas complejos como el Teorema de Pitágoras".
Marcela también aplicó el fútbol matemático, a través del cual sus alumnos aprenden las tablas de multiplicar, y con el volleyball, enseña funciones cuadráticas.
También utiliza otras herramientas didácticas, como videos musicales donde los jóvenes deben aplicar algún contenido o tema aprendido, cambiar la letra y explicar las propiedades, características o pasos a seguir. O la cocina matemática, relacionando algún contenido matemático con la repostería como material de apoyo para exponer.
"Trato de buscar siempre cómo hacer algo entretenido, porque matemática para mí siempre fue un hobby, entonces pienso cómo puedo convertir lo que más me gusta en enseñanza", comenta.
El improvisado pre
Cuando en el liceo había tomas, Marcela ofrecía su casa para hacer clases a los alumnos para que no se atrasaran en las materias. "Ahí sobran las pizarras, así que nos juntábamos por grupos a pasar los contenidos. De ahí nació la idea de crear un preuniversitario".
En primera instancia, se impartían clases gratuitas o a muy bajo costo. Las clases las hacía ella, su hermano y su comadre, que es profesora de lenguaje. "Ahora crecimos y tenemos a una profesora de química y biología". El espacio de estudio sigue siendo su casa, donde enseña a grupos de no más de diez estudiantes.
-¿ Por qué crees que tus alumnos te nominaron para este concurso?
- Me cuesta ponerme en el lugar de ellos y pensar "qué vieron en la profe". Me dicen que soy estricta pero cercana, que al ser joven soy una especie de hermana mayor, que logro ponerme en el lugar de ellos.
Marcela sueña con crear junto a su familia un Centro de Desarrollo Matemático. Pero eso será más adelante, después que el 23 de octubre se defina si será la representante nacional del Global Teacher Prize.