Cuando paga cuesta el doble
Pagar lo que se debe es una responsabilidad que debiera ser ineludible. Sin embargo, los problemas económicos, o simplemente las personales, hacen que el endeudamiento sea pan de cada día, especialmente en nuestro país y en algunas zonas que conjugan altos ingresos con la falta de la llamada "cultura del cumplimiento". Sí, es una realidad a la que nos rendimos, que muchas veces pagar es una de las tareas más difíciles de hacer. Quizás por eso se le ha llamado, muchas veces, con mucho tino y no menos realismo, la "gimnasia bancaria", al referirnos no sólo al habitual recorrido de principio de mes por los más diversos acreedores, no necesariamente los bancos.
Se debe acotar sí que los pagos a través de la web se hacen cada vez más accesibles y comunes. De hecho, no sólo existen portales para estos procedimientos, sino que además, muchas empresas tienen en sus sitios web esta opción. Pero ¿qué pasa cuando el deudor no usa el comercio electrónico?
A veces el pagar no se hace difícil por la misma cultura de la morosidad, sino por las dificultades que encuentran. Para nadie es alentador tener que cumplir con su compromiso haciendo una fila de horas, mientras las cajas de cobranza en su gran mayoría están cerradas.
O en otras oportunidades, es también por lo menos frustrante ir a cumplir con un compromiso monetario a una tienda y llevarse la sorpresa que causa la siguiente respuesta: "Vaya a la caja del segundo piso, porque esta no está operando".
Y ya más en el marco de la modernidad, no es menos contradictorio querer cumplir con un pago y no poder hacerlo porque una cajera dice "No tenemos sistema", o si lo hace por Internet, encontrarse con el mensaje "En este momento es imposible procesar su transacción, inténtelo más tarde".
En general, son algunos problemas que se puede observar de manera muy preliminar cuando muchas personas quieren ser un buen pagador.
Por ahora, el caso es que para ser responsable, además de armarse de los pesos que se pagan a quienes se deben, también hay que tener en cuenta una buena dosis de paciencia.