Una vez más la realidad ha sobrepasado a la ficción y el relato real parece producto de mentes enajenadas que lo hacen increíble, pero lo peor es que muchos no quieren creerlo, se resisten porque las atrocidades cometidas a esos desamparados niños se cometen y se han cometido a vista y paciencia de todos los chilenos, porque las autoridades correspondientes no son o fueron capaces de fiscalizar y remediar lo que la ley les exige.
La paradoja consiste en que los mismos que agitan banderas en pro de la defensa de la pobreza, de los DD.HH., la protección de los desvalidos, son los mismos que designan las autoridades que no han sabido aplicarlas a los niños del Sename.
Difícil encontrar una solución inmediata, sobre todo en esta época pre eleccionaria donde las acciones se miden con el dividendo en votos, El caso lo diluirá el tiempo al igual que pasaron de moda o se olvidaron las novelas decimonónicas donde también la ficción retrataba la realidad de los huérfanos en orfanatos. Mundo cano.
"Y las calles fueron tomadas"
Fue hermoso observar como en diferentes plazas, avenidas y calles de la República fueron tomadas por miles de jóvenes, y algunos no tanto, que orgullosos realizaron su Juramento a la Bandera.
Esta significativa ceremonia tiene mayor relevancia, pues, fueron también miles de chilenos quienes acompañaron a estos jóvenes ciudadanos en el acto republicano más importante de nuestro país.
Las calles y avenidas de Chile fueron tomadas, pero de buena forma, recordando que nuestro país es orgulloso de sus tradiciones, historia patria y nuestros héroes.
Mientras algunos buscan la forma de hacer pensar que "esto esta pasado de moda", creo que se puede afirmar que, hoy al igual que ayer, nuestra bandera y tradiciones son con orgullo difundidos.
Esto nos hace recordar como el 21 de mayo fue recuperado como fiesta cívica y como los ejemplos de nuestros héroes aún nos inspiran, celebremos con alegría un legado que es parte esencial de la chilenidad.
Marcos Concha Valencia
Francisco Sánchez
Historiador