Pensar y actuar como sociedad
Más frecuentemente de lo que incluso nos damos cuenta, debemos decidir entre lo que se debe hacer, y lo que nos puede gustar hacer. Evidentemente, lo más fácil, placentero y muchas veces en términos políticos, hasta lo más popular, es simplemente actuar como nos gusta o nos beneficia. Lamentablemente, esta postura en muchos casos se transforma en una propuesta egoísta y que no necesariamente redunda en beneficios colectivos, sino que más bien de grupos o sectores, o hasta en ocasiones, sólo de personas.
Es necesario que la sociedad en general pondere cuando las decisiones que toma tienen que ver con gustos y placeres individuales, antes que con el bien común y colectivo. Por ejemplo, ocurre que en el caso del Humedal de Lluta, muchos gustan de ir a hacer picnic o hasta a comer. Sin embargo, estamos hablando de un área protegida en la que el placer de algunos puede tener un irremediable impacto en un bien de todos.
Cuando una playa se cierra para que en ella no se acampe, en general se habla de la necesidad de preservarla. Muchas veces, los basurales que dejan carpistas justifican y respaldan que las autoridades tomen este tipo de decisiones.
El sentirnos en posición de ejercer muchas veces nuestros derechos, a veces de manera contradictoria y hasta atentatoria con otros derechos subyacentes o que simplemente son ignorados en función con aquellas preferencias personales.
Es necesario que pensemos en nuestra ciudad y nuestra región, en función del bien común. En ocasiones, pareciera que todo se resumiera al aquí y al ahora. El descuido con el que se asumen tareas simples relacionadas con el cuidado del medio ambiente y de la infraestructura urbana, hablan de una visión cortoplacista y egoísta de nuestro entorno, en muchas ocasiones.
Al final, el dicho tan popular que reza que "la unión hace la fuerza", hoy más que nunca pareciera ser el menos practicado en lo cotidiano, en aquello que nos define y en fin, en aquello que contribuye a construir nuestra sociedad. Es tiempo de pensar de manera empática, especialmente cuando el crecimiento y el desarrollo están en nuestras manos.