En Rabito los juguetes son con energía solar
Iniciativa promueve el uso de paneles y fomenta instancias de cuidado del medioambiente.
Camiones y autitos que funcionan gracias a pequeños paneles solares y unos insectos de juguete que mueven sus patitas también gracias a la energía limpia, forman parte del proyecto educativo que el jardín infantil Rabito de la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji), lleva adelante.
Considerado como un establecimiento que promueve el cuidado del medio ambiente, 'Rabito' adquirió un circuito pedagógico en el cual los párvulos interactúan y experimentan con placas solares a menor escala, además de juguetes que funcionan al contacto con la energía del sol. El jardín infantil también cuenta con una placa solar que permite iluminar el frontis del establecimiento y activar el sistema de riego por goteo para el huerto.
"si no hay sol, no"
Gabriel Tapia es uno de los párvulos de 'Rabito' que ha podido conocer el funcionamiento de los juguetes.
"El auto no anda si no hay sol", cuenta entusiasmado. "Ellos saben que si los ponen a la sombra no les funcionarán", complementa la educadora Angelina Contador.
Según explicó la profesional, el proyecto de los paneles solares se ejecutó gracias a los Fondos Concursables para Iniciativas de Capacitación que promueve la Junji, permitiendo que las funcionarias se adentraran en el uso de la energía solar, eólica e hídrica.
"Nuestra propuesta es crear una unidad de experimentación sustentable, mediante la implementación de paneles solares, riego por goteo, remolinos, entre otros. Este proyecto nos ha generado una fuente de nuevas experiencias pedagógicas mediante las cuales los niños pueden explorar instancias medioambientalistas, y de esta manera, sensibilizarlos sobre el cuidado del medioambiente", explicó la directora, Eleonora Oyarce.
Agua y miel para picaflor
Junto con el proyecto de los paneles solares, el jardín impulsa la conservación del picaflor en sectores urbanos. Así es como en todo el establecimiento hay bebederos con agua y miel para las aves, así como también, flores para que se alimenten, por lo que no es raro ver a los ejemplares merodeando por el jardín infantil.
"Los niños interactúan con los picaflores, por lo que el jardín día a día fomenta su sello medioambientalista, transversalizando sus prácticas pedagógicas con todas las otras áreas educativas", explicó Sandra Flores, directora regional de Junji.