"Mayor es mi lealtad"
Iniciamos uno de los meses más importantes para los ariqueños. Y aunque Arica, como ciudad, no fue fundada un 7 de junio, sí se trata de una fecha que hace confluir una serie de reflexiones, análisis y recuerdos históricos, pero en lo pertinente y a la altura de estos tiempos, saca a relucir la paradoja que cruza el heroísmo y la hermandad de los pueblos. El Asalto y Toma del Morro de Arica, en el final de sus matices, deja un sentimiento de pertenencia, cariño y compromiso con esta tierra. "Arica siempre Arica, Mayor es mi lealtad", se lee en el cerro conocido como Morro Gordo, como una manera de definir el espíritu y el sello que cada uno de los habitantes de esta ciudad y esta región debe tener.
Más allá de lo que cada día leemos en el cerro ¿Hasta dónde llega la lealtad con Arica? En palabras, en discursos y en el imaginario, la idea suena bastante bien, pero qué tan real es el compromiso de cada uno de los ariqueños y ariqueñas con la ciudad.
La lealtad es definida como el "cumplimiento de lo que exigen las leyes de la fidelidad y las del honor y hombría de bien". Esa lealtad se manifiesta desde acciones simples, hasta las más complejas y elaboradas, aquellas que van forjando el honor y a la persona de bien.
La lealtad que se enarbola por Arica debe estar presente en acciones como el cuidado de la misma. El saber que esta tierra no sólo es para servirse de ella, sino que también para servirla, engrandecerla, proyectarla y desarrollarla.
Vemos cada día lo necesario que es reforzar la lealtad por Arica, con acciones diversas que van desde las simples, como conservar el aseo de la ciudad, a otras más complejas, que pueden incluir el refuerzo de la probidad, el liderazgo positivo, la honestidad en el servicio y la vocación por el crecimiento, el desarrollo y la equidad.
El compromiso por Arica y la lealtad por esta tierra deben ser fuerzas potentes para que el desarrollo de la comuna sea evidente, para que el crecimiento se manifieste en los más diversos ámbitos, para que esta región sea potente y competitiva.
Que el cariño y el apego por Arica, no quede sólo en los discursos, en manifiestos e intenciones. Que sea un sello y un hecho.