Tomas y subsidios
El Gobierno busca desincentivar las tomas de terrenos como una de las acciones que se llevan a cabo para presionar el acceso a una vivienda. Según consigna el diario "El Mercurio", la ministra Paulina Saball, titular del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, envió a principios de mes una circular a todos los jefes regionales de la cartera, un instructivo en el que pide que se aplique el DS 105 de 1980.
En resumen, éste inhabilita a quienes ocupen ilegítimamente terrenos, "a ser asignatarios de una vivienda social" o a "obtener una vivienda mediante el sistema de postulación a través de los Serviu". Se espera, de esta manera, que el problema y la búsqueda de soluciones a las tomas y a la adquisición de una vivienda digna, no se transforme en un elemento que pase a formar parte de la discusión en un año electoral. Se busca disuadir, de esta manera, que un desafío objetivo y concreto como es la necesidad de vivienda, termine desviándose a otros fines.
La aparición de tomas puede presentar una serie de problemas. Si bien las familias buscan un lugar donde poder establecerse y formar un hogar, muchas veces los lugares en donde se ubican no cumplen con los estándares técnicos básicos para ser urbanizados o peor, presentan un emplazamiento en zonas de riesgos ante distintas emergencias.
La ubicación de tomas en quebradas, en laderas de cerros o en lugares de difícil acceso, se transforma en un peligro al que se exponen todas las familias que en ellas construyen, por lo general, habitaciones de material ligero.
Con todo, no es fácil decir a cientos, quizás miles de vecinos a lo largo del país que simplemente, no se instalen en una toma. El Estado debe seguir acelerando los procesos que permitan ayudar a quienes realmente lo necesitan, a obtener una vivienda digna. De la misma manera, también fiscalizar a quienes hacen mal uso de este beneficio, pues aquellas personas no sólo perjudican al país, sino que también a los demás ciudadanos y ciudadanas en real necesidad.
El llamado hecho por la ministra Saball establece límites, pero también vuelve a dejar tarea al Estado con relación a la vivienda.