La vacunación en Chile
Cuando el 14 de mayo de 1796, el médico inglés Eduardo Jenner inoculó al niño James Phipps con el pus obtenido de las pústulas que tenía en sus manos una muchacha campesina que se había infectado con la viruela de las ubres de las vacas que ordeñaba, nació lo que se conoce como Vacunación. Este hecho marcó el inicio de la lucha contra los gérmenes patógenos que infectan a la especie humana provocando una alta mortalidad o dejan secuelas para toda la vida, utilizando gérmenes que han atenuado su virulencia, pero que conservan sus capacidades antigénicas que hacen que el organismo humano desarrolle anticuerpos que impiden que se desarrolle la enfermedad.
Esta vacuna llegó a Chile en septiembre de 1805 y se aplicó por primera vez el 8 de octubre en el pórtico de la catedral de Santiago por el fraile Pedro Manuel Chaparro de los hospitalarios de San Juan de Dios. Desde ese día, las vacunas se han constituido en una de las herramientas de la salud pública con el mayor índice de costo-efectividad en el control de las enfermedades infecto-contagiosas. Por esto mismo en Chile, la prevención de enfermedades mediante la vacunación ha constituido una prioridad para las autoridades de salud desde los orígenes de la República. De acuerdo a los resultados obtenidos en nuestra historia sanitaria, la experiencia se puede considerar exitosa, logrando eliminar la viruela dentro del territorio chileno en 1959, contribuyendo y anticipándose con esta iniciativa a la erradicación mundial que solo fue alcanzada el año 1967.
Chile introdujo la vacuna BCG (bacilo de Calmette y Guerin) en 1949, dentro del programa de la lucha contra la tuberculosis. En el año 1952 con la creación del Servicio Nacional de Salud, se facilitó la implementación de programas nacionales de vacunación con una amplia base operativa coordinada desde un nivel central. En 1978 se estableció el primer Programa Nacional de Vacunación, para prevenir 6 enfermedades trasmisibles asociadas a una alta mortalidad infantil de la época: Difteria, Coqueluche o tos convulsiva, Tétanos, Poliomielitis y Sarampión, lográndose la erradicación de estas dos últimas.
"las vacunas se han constituido en una de las herramientas de la salud pública con el mayor índice de costo-efectividad..."
Dr. Hernán Sudy, Colegio Médico de Arica"