La iniciativa implementada por municipios como Las Condes y Estación Central, que impulsaron a que los establecimientos educacionales no enviaran tareas para la casa a sus estudiantes, planteó la interrogante a nivel nacional ¿Es necesaria y efectiva esta herramienta pedagógica?
Para la seremi de Educación, Giullia Olivera, las tareas sirven para complementar lo que el docente enseña en el aula y estas no deben ser motivo de agobio para el estudiante y su grupo familiar.
"Creemos que las tareas para la casa dan la posibilidad de que la familia se reúna y comparta en torno a un tema en particular. Esto se da sobre todo, con los más pequeñitos, donde son los padres quienes más cooperan con sus labores", sostuvo.
En este contexto, la autoridad también destacó que los establecimientos deben evaluar el tipo de tarea que envían a sus alumnos, de manera que sea accesible a todos.
"Hay escuelas y liceos que son más vulnerables donde los estudiantes no tienen un fácil acceso a internet o a impresiones, por ejemplo. En ese sentido, las tareas no deben ser motivo de agobio para la familia y deben ser de acceso para todos por igual".
Para Lorena Flores, jefe de UTP Daem, las tareas se justifican cuando se requieren reforzar valores a los alumnos. "Los trabajos para el hogar son una instancia para que la familia se comprometa en el proceso, apoyando con lo sentimental que finalmente, crea aprendizajes significativos", expresó.
Algo que funciona
Para Patricia Contreras, apoderada del Liceo Artístico Doctor Juan Noé y madre de una niña que cursa quinto básico, las tareas para la casa son una herramienta que funciona como complemento al aprendizaje.
"Es cierto que quita tiempo y a veces puede ser hasta aburrido, pero a los niños les sirve para que aprendan y refuercen lo que ven en clases", dijo.
Contreras recordó que en todo caso, la carga de trabajos para el hogar ha disminuido conforme la niña crece.
"Años atrás las tareas eran diarias y para la mayoría de las asignaturas. Hoy en día son más específicas, así que igual es un alivio para nosotros".
Por su parte, Aníbal Gómez, apoderado del Colegio Saucache, recalcó que lo importante es que las tareas sean lúdicas y permitan el juego además del aprendizaje.
"Pienso que se aprende más cuando el niño se involucra en la tarea armando maquetas, creando dibujos, escribiendo textos propios. En definitiva, cuando lo ven como un juego más que una obligación", puntualizó.
NO DELEGAR TODO A LA ESCUELA
El presidente regional de la Federación de Instituciones Educacionales (FIE), Eduardo Díaz, comentó que los alumnos con jornada escolar completa no debieran tener tareas para el hogar. "Si consideramos que hay estudiantes que llegan a casa pasadas las 16 horas desde el colegio, no debieran tener más carga académica en sus hogares. Distinto es para un niño que asiste a clases solo durante las mañanas o las tardes, donde cuenta con parte del día libre", explicó. Para Díaz las tareas son una oportunidad de acercamiento con la familia y éstas deben ser precisas y concisas, ya que es la manera en que sean beneficiosas para los estudiantes. "No se debe delegar todo el proceso de enseñanza al establecimiento. En este sentido, las tareas permiten que haya una conexión del alumno y el apoderado más allá de lo cognitivo", precisó.