Como ciudadano ariqueño -nacido y criado en el centro- ( de los que jugaba fútbol en el parque Vicuña Mackenna cuando era de pasto) y además responsable de un colegio del sector, no puedo dejar de manifestar mi preocupación por la demora en los arreglos que se están realizando en las veredas de nuestra ciudad.
Comprendemos que muchas veces el progreso y mejoras de nuestro entorno nos puede traer incomodidades, pero creo que existía la posibilidad de planificar de mejor manera los trabajos de tal manera que el impacto no fuera precisamente el caos. Hace menos de un año se pavimentaron las calles de este sector, y hubo recambio de soleras, oportunidad que hubiese sido más que propicia para intervenir las veredas. Valoro lo que se hace, pero vemos lentitud, descoordinación, falta de prevención a peatones, destrozos de soleras (que fueron cambiadas el año recién pasado), tierra y polvo en suspensión en exceso, el daño a nuestros árboles que por años han estado en el sector.
Nuestra preocupación no habla sólo de comodidad, sino que radica en la seguridad de nuestros niños, niñas y jóvenes. Hoy con estos arreglos, hay sectores que se debe caminar en varios tramos por la calle, exponiendo a nuestros estudiantes, apoderados, y transeúntes en general a posibles accidentes.
Sólo en el NAC son 2 mil 900 estudiantes circulando por el sector, donde además se encuentran los colegios Abraham Lincoln, Santa Ana, Integrado y Juan Pablo Segundo.
Por lo mismo, creo que se necesita - además de apresurar los trabajos- una coordinación urgente, si existe un plan de contingencia por favor que se sociabilice. Si la entidad a cargo nos entregará la información correspondiente, nosotros podríamos trasmitirla a nuestros apoderados y estudiantes, intentando cooperar, y minimizar al máximo la posibilidad de un accidente.
Daniel Espinoza Cavieres