El vendedor de huevos más famoso de Arica
Franco Contreras (22) vende hasta 600 huevos duros al día gracias a su carisma y buen humor. Sus productos los canta con alegría a través de un pequeño megáfono.
Franco Contreras (22), más conocido como "este huevito quiere sal", se hizo famoso por sus divertidos cantos para vender su producto estrella: los huevos duros.
"¡Ese huevito quiere sal, póngale sal a ese huevito!", "¡Huevitos de gallina soltera, de gallina virgen!" es parte de su vitoreo en La Lisera, la playa donde trabaja hace 8 años.
"Me he ganado al público, hago reír a la gente y ellos también me tiran la talla. Ahora mi negocio se ha expandido, tengo a tres trabajadores: Pablo, Vaitiare y Maite. En la playa todos me conocen, vendo más de 600 huevos al día. Los preparo horas antes de salir a trabajar y si me quedan huevos los regalo a la misma clientela", asegura el comerciante.
Cada huevo lo vende a 300 pesos y la oferta es 4 por mil.
Franco vende huevos desde los 14 años porque dice que siempre le ha gustado ser independiente, nunca se ha sentido cómodo pidiendo dinero a su familia.
"No solamente leseo con los clientes, sino que también con los salvavidas y con toda la gente que trabaja en la playa. Vendo huevos desde septiembre hasta marzo. Los otros meses hago distintos shows, por ejemplo, de despedida de solteros, donde me visto de mujer. Siempre estoy haciendo cosas".
Cuenta que no todo ha sido alegría en su vida. Una noche lo asaltaron y quedó con crisis de pánico por un largo tiempo, donde no quería salir a la calle.
"Estuve como 7 meses encerrado en la casa, pero de a poco salí adelante. Me gusta vender huevos en la playa. A mí harta gente me tiene envidia porque los vendo con coquetería y ya varios me han copiado".
El martes en el Día del Amor, Franco cautivó a sus clientes con nuevos cánticos: "Este huevito quiere sal", "¡llegaron los huevitos del amor, huevitos rellenos con manjar!"
Los turistas se han fotografiado con él y lo felicitan por su entusiasmo.
El sueño de Franco es poder instalarse con su propio negocio de sandwichs. Le encanta cocinar y dice que todo le queda muy rico.
"Es difícil para mí encontrar trabajo por mi peso. Hay mucha discriminación, estoy pesando como 150 kilos, pero eso no me quita las ganas de trabajar. Me gustaría operarme, aunque me da miedo".
Aprovecha de darle un consejo a los jóvenes: "les diría que salgan adelante y que siempre tienen que trabajar honradamente, alejarse de los vicios y con esfuerzo se van cumpliendo los sueños".