La tradición de acampar para estas nueve familias, comenzó en los tiempos de la universidad, en el año 1980; en ese entonces eran tres familias las que empezaron a acampar en la playa Las Machas. Posteriormente se empezaron a sumar más familiares y amigos, explica Julio Vargas, uno de los precursores de este veraneo multifamiliar.
Vargas recuerda que al inicio, el campamento era más rústico; hoy instalan cocina, baños, piscina y hasta se mandaron hacer este año poleras con su eslogan "Puro amor", pues dicen que esa ha sido la clave para que en todo este tiempo las casi 30 personas que integran este grupo de familiares mantengan la tradición en armonía.
Durante estos años han compartido varias historias. "Una vez se acercó un lobo marino a las carpas, todos corrimos a ahuyentarlo y después falleció porque había venido a varar a la playa, y ahí le hicimos una procesión y lo devolvimos al mar", recordó Juan Carlos Díaz. Hoy en día son los más pequeños los que se motivan para ir a acampar. Ya instalados se preparan para hacer distintas actividades lúdicas; "cantamos karaoke, preparamos campeonatos de vóleibol, etc. Los domingos tenemos la tradición de comer pescado frito, ese día hay 50 personas" acota entre risas Julio Vargas.
Los campistas aprecian con alegría la unión que existe entre ellos y que les ha permitido mantener esta tradición.