Preguntas cruciales
Los incendios forestales desatados en la zona centro sur del país nos hacen reflexionar sobre el sufrimiento de personas y animales, sobre la solidaridad del pueblo chileno, la de los países hermanos y el sacrificio de quienes combaten los siniestros en primera línea.
Pero también tiene que hacernos pensar seriamente sobre los efectos del cambio climático, que se hacen evidentes, más allá del afán negacionista del nuevo Presidente de los Estados Unidos.
El fenómeno ha creado en la zona amagada condiciones de sequedad, temperatura y vientos que atizan el fuego haciéndolo rebrotar una y otra vez.
Pero sus alcances son globales y aunque adoptemos medidas radicales para revertirlo, como bajar bruscamente el uso de combustibles fósiles, sus efectos no desaparecerán en el corto plazo, más bien seguirán incrementándose. Así las cosas, más nos vale estar preparados.
Por el momento, hay indicios de que podemos estar tranquilos. El pronóstico estacional de la Dirección Meteorológica de Chile para Arica y Parinacota adelanta condiciones normales de temperatura y precipitaciones para el periodo de enero a marzo de 2017.
Pero tenemos que hacer lo posible por ver más allá.
¿Tendremos a futuro más o menos precipitaciones en la región, aumentarán o bajarán las temperaturas? ¿Qué efectos tendrá eso en la agricultura y en la vida silvestre? ¿Es necesario apurar la construcción de embalses en las cuencas de los ríos Lluta y San José? ¿Hay peligro de bajadas violentas de otras quebradas, como la de Acha?
Son todas preguntas cuyas respuestas resultan de primera importancia y que necesitan ser analizadas desde ya.
La academia y los organismos públicos tienen la responsabilidad de liderar la tarea y la comunidad toda, la de apoyarlos y acoger los resultados, ya que no tiene ningún sentido conocer de qué manera evolucionará el fenómeno si no actuamos en consecuencia.
Siempre será más conveniente prevenir que lamentar.