El solitario final del italiano que leía el oráculo
Danilo Granata era conocido por su amabilidad, educación y certeza en su lectura del I Ching.
Aunque fue hombre de pocos amigos, quienes tuvieron la oportunidad de conocer a Danilo Granata (59), el italiano que leía el oráculo en el centro de Arica, guardan excelentes recuerdos de su persona y se entristecieron al enterarse de su fallecimiento hace un par de días en el hospital regional.
Los comerciantes de 21 de Mayo, Bolognesi y Thomson dicen que era un hombre muy reservado, pero que todos los días llegaba con una sonrisa y un saludo a leer el I Ching (libro que prevé el futuro) a los transeúntes.
"Él viajó a Santiago en invierno; fue a ver a una hija, desde ahí que volvió distinto. Ya no tenía la misma energía de antes. Fumaba mucho y tenía una tos que cada día se empeoraba. Le decía que fuera al médico, pero él parece que no creía en la medicina tradicional", dijo una amiga suya de calle Thomson.
Comerciantes de Bolognesi comentaron que a veces estaba sentado por horas en la misma posición, como meditando. "Era bueno para el cigarro. Se veía que era una hombre tranquilo", explicó un lustrabotas.
Soledad
Agregaron que arrendaba una habitación en el centro, pero que no le estaba yendo bien y por eso lo habrían echado de la pensión. Tras ese episodio, Danilo fue a dormir al Parque Baquedano. Ahí fue donde lo conoció Camila Varas, quien le llevaba almuerzo y conversaba con él cuando podía. "Me decía que tenía dolor de piernas y que se sentía mal. Lo veía sin muchos ánimos de seguir viviendo. Era vegetariano", recuerda.
En ese lugar también lo conocieron Rosa Martínez y Flor Pastén, de la Gobernación de Arica, quienes le llevaban desayuno y alimento durante el día.
Abandono
Fueron ellas mismas quienes le comentaron la situación de abandono al gobernador de Arica, Ricardo Sanzana, quien coordinó que una asistente social se trasladara al sector para conocer el estado de salud de Danilo. Tras ello, se informó a la Seremi de Desarrollo Social, con el objetivo de sacar al hombre de su estado de calle.
"Cuando conversábamos él decía que se sentía muy mal. Luego lo trasladaron al Hogar de las Hermanitas de los Pobres. Le llevé miel para la tos. Estaba muy solo. Me apenó mucho su partida", comentó Flor, auxiliar de aseo de la Gobernación.
Desde la Seremi de Desarrollo Social informaron que en conjunto con otras instituciones, se coordinó la compra de un ataúd mediante el Hogar de Cristo, los servicios funerarios fueron pagados por el Hogar de Ancianos y el municipio de Arica cedió un cupo en el Cementerio de San Miguel de Azapa.
Ayer se realizaron sus funerales y asistirían sus dos hijos de Santiago.