Creo que nuestra especie es única y de su comportamiento en el súper mercado más aún por puntos que he podido observar en mis idas y venidas a estos establecimientos del diario vivir y me siento en deuda si no los menciono.
Cuántas veces usted no puede avanzar en su carrito por los pasillos del establecimiento porque se encuentran a ambos lados dos jóvenes por lo general que están chateando y al pedirles permiso para poder pasar y somos expuestos a miradas de desagrado e incomprensión por querer avanzar y capaz están hablando entre ellos a un metro de distancia o ese papá que junto a su pequeño hijo haciendo gala de su dominio con el balón le está mostrando a su pequeño como debe pasar la pelota o chutear un penal con público incluido.
No solo eso es llamativo ya que en más de una ocasión se ve la generosidad del ariqueño repartiendo su número de atención a otros pasando por alto al resto que lo ha tomado en el orden que correspondiente o capaz llevando a toda la familia para ponerse en la fila de la caja, ya que así lo podrán atender antes en las cuatro o cinco filas que tiene repartida a la familia . Ese se llama ahora Logistica
Pero es digno de observarse a la señora con paso firme y raudo tirando cosas al carro bajo la mirada inquisidora del marido y dando las disculpas necesarias para que este no molesto u objete la decisión de compra y más aún si el desvió alguna mirada al azar de otra agraciada compradora.
Lo más increíble de los increíbles es ver a varones muy fornidos, pero como caso único en el mundo, embarazados ya que están ocupando los estacionamientos que les corresponden a las señoras grávidas y más aún la cantidad de minusválidos de ambos sexos existentes en nuestra ciudad ya que son los primeros estacionamientos que están ocupados.
Ese milagro del supermercado del día lunes con la oferta del 6 % y que el día martes los precios bajan a ese mismo porcentaje, pero el lunes las filas de las cajas están llenas y que los productos en oferta los días anteriores han estado más baratos de los que se anuncian estas baratijas.
Alguna vez a algunos de nosotros no nos ha tocado ver y oír una pataleta de unos de nuestros regalones; porque los padres no le han querido comprar al querubín lo que él quería y aparte de eso no se han dado cuenta que tienen un tenor en potencia ya que llena con sus gritos y pataletas el establecimiento.
Bueno sé que se me escapan muchas más.
Edmundo Avila Solari