Malos conductores
Muchos de los accidentes que hoy enlutan a la comunidad ariqueña debido a sus nefastas consecuencias, bien podrían evitarse, y con ello, también se podrían dejar de lamentar tragedias familiares como las que ha tenido que informar este Diario
No deja de llamar la atención que no son pocos los casos en los que estos accidentes se deben a la ingesta de alcohol, ya sea por peatones o principalmente por parte de conductores y conductoras. Extraña, después de conocerse los efectos que tiene en la conducción el ingerir algún licor, y también, por el interés social y de Estado por sancionar cada vez de manera más dura a quienes no dejan de lado esta peligrosa mezcla.
Sin embargo, hay otro hecho que peligrosamente no extraña, hasta que no se registra efectivamente una tragedia. Se trata de la presencia en las calles de malos conductores. Se entiende que un mal conductor no es sólo una persona que no tiene aptitudes físicas para conducir un vehículo motorizado, sino que también es aquella persona que manifiesta una ineptitud sicológica para hacerlo.
Lamentablemente, también debemos incluir a aquellos conductores que no conocen bien la Ley de Tránsito, a pesar que es lo mínimo con lo que se debe cumplir para tener una licencia. Pero tanto esta condición, como la personalidad o el estado sicológico de quienes enfrentan diariamente el tránsito, pueden hacer la diferencia entre la vida y la muerte.
Actitudes temerarias, sensación de competencia en las calles, agresividad al volante, imprudencia, hasta falta de empatía y carencia de modales básicos, son condiciones que no mide ni detecta, por lo general, ninguno de los exámenes para tener una licencia. Y sin embargo, pueden ser causa de accidentes.
Este tipo de conductas no es poco común advertirlas en las calles de nuestra ciudad. Automovilistas que no respetan a peatones, que no consideran a los demás usuarios de las vías, que corren más de lo razonable y que no conocen o no acatan las leyes del tránsito, son pan de cada día. Evidentemente, es un desafío preventivo que queda en manos de las autoridades y de carabineros.