Despertar el interés
No caben dudas pero la falta de la Educación Cívica en los programas de estudios sigue pasando la cuenta. La altísima abstención comprobada en la votación de las últimas elecciones pasó la cuenta. La ausencia de los jóvenes se notó.
Mayoritariamente los pertenecientes a la tercera edad cumplieron con este importante deber. En mi caso, concurrí tempranamente al politécnico, mesa 5 habilitada, solamente un voto en cada una de las urnas, los míos hicieron compañía. Los integrantes de la mesa, fieles a cumplir su misión, esperaban…. pero, ¡no se oye padre!
Una lástima porque si queremos cambiar las cosas solamente con la participación ciudadana masiva se lograrán los objetivos que en mente de cada elector están presentes. Lo contrario hará que lo que está sucediendo y que tanto criticamos, continúe. Por años ausente, la falta de Educación Cívica sigue penando. Tradicionalmente, hasta antes de ser sacada de los programas de estudios, permitía tener plena idea, entre otros aspectos afines, de los deberes y los derechos ciudadanos. Lamentablemente, su ausencia se hace notar. Como miembros de la colectividad nacional que se rige por normas debemos aceptarlas y ponerlas en práctica por convicción, cualquieras sean las ideas que imperen en cada ciudadano.
La Educación Cívica., ilustraba al respecto. Por ser de naturaleza ética la EC., exige una conciencia clara de las normas de la ciudadanía, así como de su fundamento moral. Todo ciudadano, cívicamente formado aprende que con su participación puede ayudar al bien común, al sentimiento de comunidad y, como consecuencia, a la solución de tantos problemas que nos aquejan. Alejarse de este concepto significa marginarse de las soluciones que promueven descontento. No hay que cerrar la mente y contentarse con el "no estoy ni ahí". Hay que estar con todo aquello que como ciudadanos nos importa, nos interesa, con lo que representa un avance en el plano social, con el bienestar ciudadano. ¡Reflexione!.