Felipe y su ejemplo de garra y alegría
El joven de 17 años luchó contra el cáncer de huesos hasta su último día de vida. Dejó una hija de 2 años y un bello recuerdo de entereza y lucha.
L a historia de Felipe Gutiérrez estuvo marcada por la lucha y fortaleza que dio para batallar contra un cáncer de huesos y luego una metástasis que le diagnosticaron cuando apenas tenía 17 años.
Su madre, Rosa Tabilo, a diferencia de otras mujeres que han pasado por la difícil situación de perder a un hijo, se mantiene firme y entera emocionalmente. Cuenta que no puede decaer, ya que su hijo, Felipe, le dejó una gran misión en la vida que es cuidar a sus hermanos, padre y nieta. La pequeña Luna de 2 años que tiene los mismos ojos y mirada que su joven padre.
"A él le encantaba la bachata, el reggaetón, sacarse fotos . Era muy sociable . Querido por sus amigos, le venían a pedir consejos de vida y de amor. Fue papá a los 15 años y me enteré porque me mandó un mensaje por WhatsApp contándome. Así era él. Luego le pregunté si era verdad y me dijo que sí, que ya me lo había contado".
Luego de ser padre, Felipe comenzó a jugar fútbol y en un partido tuvo un fuerte choque con uno de los otros futbolistas lo que le provocó un dolor en la rodilla izquierda. Fue al kinesiólogo porque no podía caminar, estuvo en sesiones de rehabilitación, pero no se encontraba la razón de su malestar. Hasta que le diagnosticaron cáncer al hueso .
Su madre recuerda que lo que más le dolió fue que nunca más iba a jugar fútbol . "Él era fanático de la U y quería probarse en las inferiores. Nos mandaron a Santiago urgente, ya que nos dijeron que esa enfermedad era silenciosa y rápida. Fuimos al Instituto del Cáncer, le hicieron quimioterapia en su pierna izquierda. Él era zurdo. El doctor le dio a elegir si seguía con su pierna el cáncer se iba a ramificar rápidamente y que si se la amputaba podía seguir viviendo".
Rosa agrega que le dejó la decisión a su hijo aunque fuera menor de edad. Felipe optó por la vida especialmente para seguir viendo crecer a su hija. Luego de esa situación, Felipe y su madre regresaron a Arica y en el Hospital los derivaron al Instituto Teletón.
Ahí le enseñaron a caminar nuevamente y a los dos meses, ya tenía su prótesis y pie anatómico.
"En la Teletón nos ayudaron mucho. Nos venían a buscar, a dejar y nos apoyaron en todo. Con los viajes a Santiago, los controles. Su ayuda fue fundamental, ya que o sino nunca hubiésemos podido pagar una prótesis".
Siguió con sus controles y su tratamiento. Retomó la Enseñanza Media en la jornada nocturna del Junior College. El 8 de marzo de este año le hicieron un scanner de tórax y todo salió bien.
Felipe se puso a pololear nuevamente y se enamoró. Salía con sus amigos y en su casa seguía siendo el centro de atención, ya que su alegría, entusiasmo y los chistes que cada día les hacía a sus familiares, llenaban de energía su entorno.
"En junio le volvimos a hacer un scanner y salió que había un derrame pleural. Nos dijeron a los dos que ya no había nada que hacer. Él siempre quiso saber la verdad de su enfermedad, que ni los doctores ni yo le escondiéramos nada".
"Fue muy valiente, ya que le encontraron un tumor al medio de los pulmones por lo que era muy difícil operarlo. Sufrió mucho. Ahí fue cuando conocimos a la doctora Ana Miles, ella a pesar de que ya no estaba a cargo de la unidad de cuidados paliativos vino y lo revisó. Conversó con él y nos aconsejó que fuéramos a Santiago".
En Santiago le diagnosticaron 2 semanas de vida, las que se cumplieron el martes 11 de octubre recién pasado. Falleció a las 5.40 am en la cama de su madre. La doctora Ana Miles estuvo con él hasta las 3 de la mañana. Su polola también lo acompañó al igual que su familia.
Lo velaron con globos y música. Asistieron sus ex compañeros de la D-4, el Liceo Domingo Santa María y la jornada nocturna del Junior.
"Ahora debe estar armando su equipo de fútbol en el cielo", reflexiona su madre.