Las próximas elecciones municipales comienzan a entrar en etapa de definiciones. Con las campañas a plena marcha, candidatos y candidatas, ya sea a alcaldes o concejales, se están concentrando en intensificar la promoción de sus ideas, en un periodo que ha estado marcado especialmente por ese hecho, proponer.

Se trata de un avance respecto a la manera de hacer campaña en años anteriores. Probablemente este mismo hecho tenga algo que ver con los resultados que recientemente arrojó la encuesta de Adimark. Según el sondeo mensual orientado a percepciones políticas, el 48% de los chilenos están "muy o algo interesados" en este proceso que se realizará el próximo 23 de octubre.

En medio de la apatía y abstención que ha caracterizado las últimas elecciones, el aumento del interés por asistir a las urnas es alentador. Y lo es más cuando se trata de la elección de las autoridades más cercanas a la comunidad, como lo son los alcaldes y concejales.

En el caso de Adimark, no es el mejor resultado del año si de intención de asistir a las urnas se trata. En mayo el 60% de los encuestados se mostraban "muy o algo interesados" en votar. Sin embargo, la cifra actual marca una remontada.

La participación sigue adquiriendo relevancia, especialmente después que el Senado aprobara la elección directa de los futuros gobernadores regionales (intendentes), lo que significa que la ciudadanía tendrá otra oportunidad de expresar su decisión respecto a una autoridad, esta vez, la máxima de la región.

Sin embargo, es preocupante que la misma ciudadanía manifieste poco o ningún interés de hacer uso de este derecho a elegir quién la regirá. Al mismo tiempo, es lamentable que autoridades tan relevantes como los alcaldes y concejales, puedan terminar siendo elegidos por un grupo poco representativo de la población. En términos políticos, terminan rindiendo cuentas a sus partidos o a sus impulsores, que un electorado distante y apático.

Se trata, sin duda, de realidades que se deben tener en cuenta de cara a las cada vez más próximas elecciones municipales.

10 DE OCTUBRE DE 1982

El conocido humorista nacional Sergio Feito llegó a la ciudad, pero en una dimensión diferente, la de devoto del movimiento Hare Krishna. El artista, segundo de derecha a izquierda en la foto, ahora usa el nombre espiritual de Suabi Das, y compartió con La Estrella el cambio que esto ha significado en su vida.

Durante la actividad de limpieza submarina de La Puntilla, sólo hubo participantes externos a la región: gente de Iquique, Perú y Bolivia. Ningún local llegó para sumarse a esta convocatoria.

Ya decíamos hace unos días que el concepto no es nuevo, ya que en la década del 90, para estimular el desarrollo de la economía, se introdujo en el país la idea de la obsolescencia de los bienes durables y de consumo. La idea de renovar lo obsoleto por tecnología de punta es lógica. ¿Quién va a querer conservar lo anticuado, si se da la posibilidad de contar con aquello que es vigente y más eficiente ? Sin embargo, cuando el reemplazo llama a introducir cambios para superar las fallas del modelo socio económico tradicional la cosa es diferente.

Pensemos en las reformas que ha intentado llevar a cabo el gobierno; ante las cuales la gran mayoría se ha opuesto, arguyendo que cambiar las regles del juego va en contra del desarrollo del país y la expectativas de la ciudadanía.

Para ilustrar lo propuesto, considerando la obsolescencia de nuestra Constitución , es abismante el desgano con que se mira la reforma impulsada. De igual forma, pese a la evidencia de su mal funcionamiento, la reforma del sistema previsional parece algo muy lejano, sin perjuicio que la gran mayoría de los chilenos quiere el cambio por un sistema mixto, que asegure una jubilación digna a todos los cotizantes. Lo mismo pasa en educación, salud y justicia, sistemas que hacen agua por todos lados, pero no se remplazan por estructuras más eficientes.

Entonces, si las cosas no funcionan, ¿por qué no las cambiamos en vez de tratar de repararlas ? La respuesta es simple. La renovación de los bienes durables y de consumo genera cuantiosas ganancias a quienes los comercializan y por eso es periódica; lo que no es el caso de las reformas socio económicas, que de llevarse a cabo, constituirían un serio desafío al status quo y pondrían en riesgo las cuantiosas utilidades del sector empresarial, que son resultado del sistema actual.

El problema es que los cambios institucionales no pueden postergarse indefinidamente. Como decíamos ayer, si la lavadora y el televisor no funcionan, hay que cambiarlos, de lo contrario, vamos a ser un país de caras largas.