Un trozo de un dulce y esponjoso pan de maíz transporta a Yovany Adamis a sus tierras en República Dominicana. Ella vive desde hace dos años en Arica y la comida no es lo que más extraña de su país.
"Llegué buscando una mejor calidad de vida. Allá hay mucha delincuencia y los policías son corruptos. Aún no puedo traer a mis hijos y eso me preocupa. Sueño con traer a mi familia conmigo", contó.
La vida de los migrantes está llena de sueños para un futuro mejor, pero también, llena de nostalgia, de recuerdos con sabor a comida típica y danzas características.
Con motivo del Día Nacional del Migrante, residentes de Perú, Bolivia, República Dominicana, Ecuador, Brasil y Colombia se reunieron y mostraron a la comunidad, parte de su cultura.
Bailes típicos y platos como la feijoada, la causa de pollo, la salteña o las empanadas de plátano verde, fueron parte de la muestra.
El padre Beto, sacerdote brasileño, contó que la celebración fue convocada por la Conferencia Episcopal Chilena. En Arica, además de la muestra, se realizó una eucaristía con la participación de los grupos de migrantes de los diferentes países.
"La fe, la gastronomía y la cultura unen más que cualquier discurso. Esta actividad promovió la integración de los distintos países y la aceptación mutua. La migración es riqueza, un aporte al país".
Según el sacerdote, en nuestra región existen aproximadamente 20.000 migrantes, la mayoría de ellos, peruanos y bolivianos que llegan buscando un futuro mejor.
Mixy Alvarado (23) llegó desde Perú siguiendo a su familia que desde hace once años vive en Arica. En un comienzo, la búsqueda de mejoras laborales los trajeron hasta acá.
"Hay muy buenas oportunidades, sobre todo, en beneficios de salud y educación".
A raíz del fallecimiento de una sobrina, la familia Alvarado pudo hacer redes con ariqueños y otros migrantes que los apoyaron en el proceso.
"A pesar de nuestra pena, acá estamos, celebrando este lindo día con picante de guata y causa de pollo, comidas típicas de mi país".