Tanto el Instituto Nacional de la Juventud (Injuv) como el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda) han llamado la atención sobre el alto consumo de alcohol en los jóvenes. Se trata de un problema que es particularmente preocupante en nuestra región, debido a la antesala que esto significa para delitos como la conducción en estado de ebriedad o bajo los efectos de la bebida.

Hace ya más de un mes que el Senda puso en marcha la campaña "Cuida tus límites, el alcohol te quita lo que más quieres", que muestra de manera gráfica cómo el abuso de la bebida puede despojar a una persona de aquello a lo que le puede tener un profundo apego, desde sus amigos y familiares, hasta su propia vida.

Una campaña que hace especialmente eco en los más jóvenes y que es necesario que este segmento analice con cuidado. El último estudio realizado por Senda deja ver que un 56,5% de los jóvenes han consumido más de 5 tragos en una sola noche, al menos en el último mes y la 7° Encuesta Nacional del Injuv, da a conocer que el 32,1% de los jóvenes en la región admite haberse subido a un vehículo donde el conductor se encontraba en estado de ebriedad y un 9,7% admite haber conducido después de haber bebido alcohol.

Nos encontramos frente a una realidad dura y complicada. A pesar de las restricciones, la iniciación en el abuso del alcohol también se está adelantando y se ha hecho común ver también un alto consumo de este tipo de bebidas en adolescentes mujeres.

En general, este problema genera una serie de consecuencias negativas para quienes abusan del alcohol. El hecho de que el 14% del Producto Interno Bruto se destine a reparar los efectos que tiene en la sociedad esta conducta, indica ya una pérdida preocupante.

Pero más aún lo son las pérdidas personales producto del beber con exceso, o de hacerlo a temprana edad sin conciencia ni límite alguno. La campaña del Senda grafica claramente como esta costumbre puede llevar a perder amigos, familia, trabajo, estudios, bienes personales y hasta la vida.

En las últimas semanas el Ministerio de Energía sacó aplausos con la licitación de suministro para servicios regulados, pues logró condiciones impensables hace pocos años. El precio medio no alcanzó a los 50 US$/MWh (el de hace 10 años), y la participación de las energías renovables (ERNC) fue mayoritaria. Además el proceso comenzará con importantes inversiones directas, alrededor de US$ 3.000 millones que deberán invertirse en los próximos cinco años.

El costo de energía fue durante muchos años el gran obstáculo para el desarrollo industrial chileno y explica gran parte de los problemas de agregación de valor en sectores tan diferentes como la minería, la producción de alimentos o la industria forestal.

Ciertamente la calidad de las políticas implementadas en el Ministerio y la masiva participación de nuevas empresas de generación son las protagonistas de este exitoso proceso.

Pero se necesita continuidad para mantener la calidad de estas políticas. Ante todo se debe notar que esta licitación es para contratar servicios desde el año 2021 en adelante. Así la materialización de estos buenos resultados está sujeta a todas las contingencias imaginables durante el proceso de inversión y puesta en marcha de los proyectos de generación.

Además hay problemas estructurales en los sistemas interconectados que deben superarse a la brevedad. Las restricciones a la capacidad de transmisión del SIC y SING están impidiendo la venta de suministro de algunas centrales (al punto que deben vender a precio cero o descargar las líneas), hay problemas de entrada y salida de al sistema de las plantas de ERNC que hace que los programas de operación deban modificarse continuamente. El factor de planta de las ERNC produce excesos de capacidad que exigen más conectividad de sistemas, por lo que deberá unirse el SIC con el SING y con el resto de América.

Además hay que considerar que este aumento de la competitividad de las ERNC se está dando en todo el mundo, de modo que la ventaja de contar con estas energías podría diluirse.