Capitán Ávalos tiene semáforo humano
Poblador del sector Los Industriales decidió ayudar a sus vecinos a cruzar el mortal paso peatonal de Cerro Chuño.
Comienza a esconderse el sol en la ciudad y quienes han transitado por el sector de Capitán Ávalos, en el "cruce de la muerte", donde durante los últimos meses han ocurrido accidentes fatales, han podido divisar a un hombre; que vestido de un chaleco reflectante y linterna en mano cruza de lado a lado cada vez que las personas deciden utilizar el paso peatonal. Jorge Elizalde Vásquez, ese es el nombre del vecino del sector Los Industriales que impactado por la cantidad de accidentes en el lugar, decidió hacer algo por ello.
Desde hace ya dos semanas que Elizalde sagradamente llega a las 19:50 junto a su pareja al lugar que ha cobrado la vida de jóvenes y adultos para ayudar a las personas del sector a cruzar la peligrosa calle.
Según comentó, lo hace porque ha vivido más de 10 años en el sector y cansado de ver cómo pasaban los accidentes sin que nadie mejorara las condiciones para evitarlos, decidió dar una solución personalmente.
"Yo trabajo, soy pescador, y después del trabajo me vengo aquí sagradamente, desde hace dos semanas más o menos, para ayudar a la gente a cruzar. Yo vivo cerca de aquí y he visto todos los accidentes que han pasado", contó Jorge.
Si bien sabe que no es la solución definitiva a los problemas de iluminación que la avenida presenta, cree que esa es una forma de ayudar a que no sucedan más accidentes.
"Yo conocía al último joven que tuvo el accidente aquí, me dio pena, lo había visto desde pequeño, no era familiar, pero aquí en el sector todos nos vemos, nos ubicamos, hemos vivido por muchos años aquí", contó con sus ojos brillosos.
Iluminación
Mientras espera a que lleguen las personas para cumplir su labor, dijo que ya carabineros le había preguntado qué estaba haciendo. "Yo les conté lo que estaba haciendo, a ellos les llamó la atención y me dejaron seguir".
Mientras prendía una vela que deja en la cruz que demarca el último accidente ocurrido, contó que los mismos vecinos colaboran con mantener la animita que ahí se creó. "Aquí la misma gente me da velas o dinero para comprar velas y ponerle en el lugar donde murió el niño", comentó.
Elizalde reconoce que su labor es temporal, hasta que las autoridades correspondientes iluminen el lugar. Allí se encuentran dos luces de alertas, alimentadas de energía solar, las que deberían parpadear constantemente, sin embargo no funcionan.
"La municipalidad ya vino a preguntar, aquí se supone que deberían arreglarnos las luces, ahí termina mi labor, cuando esté iluminado" concluyó.