Es tiempo de sembrar
San Marcos de Arica debutó en casa con un triunfo, en su retorno a la División del balompié rentado que lo vio renacer en el profesionalismo. El cuadro celeste derrotó por la cuenta mínima a Deportes Copiapó, en un partido en jornada dominical que tiene distintos aspectos que son dignos de atención y análisis.
Más allá de que se trató del primer encuentro en casa en la Primera B, destacó por ejemplo, el trabajo en el arco del joven ariqueño Zacarías López, quien puede dar luces respecto a los objetivos a los que la institución debe apuntar, especialmente en estos momentos en los que se debe ser prudentes con los costos.
La experiencia de los últimos años muestra que el precio de la planilla no garantiza que el club se mantenga entre los mejores. Incluso, los amargos resultados tras una apuesta ambiciosa con Marco Antonio Figueroa en la banca, terminaron por sepultar las aspiraciones de la institución en la Primera A.
Es indispensable que esta caída que sufre hoy San Marcos de Arica se transforma en una oportunidad para volver a sus raíces y en especial, reencontrarse con su hinchada.
Lamentablemente, el debut en el presente campeonato estuvo escasamente acompañado en las tribunas. Estos resultados no sólo deben llevar a club a pensar de qué manera cautiva al hincha para que vuelva al Estadio, sino que también cómo afianza su relación con la comunidad.
Aunque parezca un cliché o hasta una frase hecha, la verdad es que los clubes de provincia tienen el honor y la responsabilidad de representar en el fútbol profesional, uno de los deportes más populares del país, a la comunidad en la que están insertos y la que en el fondo, le da vida y existencia.
Es de esperar que en lo que queda de un largo torneo que recién comienza, "El Bravo" no sólo se vuelva a abrazar con los triunfos, como el del fin de semana, sino que se vuelva a abrazar con el hincha. Son abrazos que se necesitarán en un campeonato que de la manera como está hoy diseñado, demandará un gran esfuerzo para retornar a la Primera A.
Hoy es el momento de sembrar, no de cosechar.