Colo Colo amarró su primer triunfo en la era Guede el domingo gracias a un triunfo 2-0 sobre Audax Italiano que terminó jugando con nueve hombres, después de la expulsión de David Drocco y Juan Pablo Miño. Octavio Rivero a los 8' de partido y Esteban Paredes a los 93' anotaron los goles de un Cacique que tuvo dos tiempos completamente distintos.

El primero con los albos jugados con intensidad y buen juego, pero con un segundo lapso donde los locales mejoraron y merecieron más. Temprano se puso arriba en la cuenta el conjunto de Pedrero.

Y fue un muy buen gol. Matías Zaldivia puso un pase en profundidad para Gonzalo Fierro que en carrera sacó un centro atrás para que apareciera solo Rivero y enviara el balón al fondo del arco.

Era el minuto 8. Colo Colo era muy superior a su rival y merecía el triunfo momentáneo. La línea de volantes funcionaba bastante bien y Fierro por la derecha y Gabriel Suazo por izquierda hacían daño a la zaga verde. Más parecía abrírsele el partido al equipo de Guede luego que a los 32' se fuera expulsado en Audax el volante David Drocco.

El flaco colchón que le quedaba a Sebastián Beccacece en la Universidad de Chile terminó por hundirse casi por completo el sábado en la noche tras el pobre empate 1-1 frente a Antofagasta como local en el Estadio Nacional.

No sólo los hinchas -que pifiaron al DT- parecen ya haber tocado fondo con la paciencia. La mayoría del directorio de Azul Azul estaría por la moción de dar por sellada la era del ayudante de Sampaoli en el elenco estudiantil.

Según publica El Mercurio, el próximo miércoles la regencia laica revisará la continuidad del cuestionado técnico que sólo ha ganado 3 partidos de 19 posibles al mando del campeón de la Sudamericana 2011.

"Algunos directores pediremos que se le pague a Beccacece de aquí a diciembre como indemnización, y que deje el cargo ya. El equipo no juega a nada", se quejó un ofuscado director.

Esa moción fue conversada por los dirigentes tras el duelo, pues hay un convencimiento de que no sólo se siguen resignando puntos, sino que además el funcionamiento del equipo no progresa.

Un día que difícilmente olvidará. Tomás González vivió de todo el sábado en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.

El inicio no fue nada de bueno. Todo lo contrario. Rabia, impotencia, frustración y pena. Todo en una sola pasada por la prueba de suelo.

El mejor gimnasta chileno de la historia se había preparado hace mucho tiempo con su rutina de 6,8 de exigencia.

Todo para cobrarse revancha y conseguir la medalla que por un sólo puesto le fue esquiva en Londres 2012.

Incluso anunció que se enfocaría casi en su totalidad a suelo. Y que sí se decidía, se atrevía al salto. Lo que pasó el sábado quiso decir que se invirtieran los papeles. Cara de felicidad, se sentía ganador. Terminó su rutina de suelo y miró a su entrenador Antonio Espejo. Los dos estaban conformes. Saluda a la cámara oficial, es felicitado por otros competidores y se queda de pie esperando su resultado.

"Si saco sobre 15,300 no competiré en salto". Ese era su aviso. Se desmoronó todo. 15,066 puntos. Fin a la ilusión, aunque aún quedaban tres subdivisiones más.

No lo podía creer. La duda se sembró en todos. ¿Competirá en salto? ¿Habrá quedado tan "caliente" como para seguir? Pasaron las horas. Dos en total. Y sí. Sí a todo. Apareció con el número 115 en su espalda y dijo vamos.

Se echó magnesia en las manos. Aplaudió y sacó lo mejor de sí. Dos saltos que le dieron 15,149 de promedio. Puntaje que podría alcanzarle para la final. Pero seguía enojado. "Fue un robo. Los jueces son comprados con regalos. Se favoreció a Brasil. Siempre pasa". Esas duras acusaciones revelaron cómo se sentía.

Simona y su llanto

Mientras que ayer Simona Castro explotó en llanto una vez finalizada su participación en el All Around de la gimnasia en los JJ.OO. de Rio.

La carta nacional quedó visiblemente afectada y según sus propias palabras sintió que quedó fuera de la final. "Fallé en el momento menos esperado, me confié y traté de improvisar. Fallé en algo muy básico al final del suelo", contó sollozando.

La chilena señala que su error fue "por improvisar, por ambiciosa. Y al final me confié. Mi mamá (Isabel Lazo, su entrenadora), me djjo que no debí confiarme". Consultada por si apoyaba las duras críticas realizadas por Tomás González contra los jueces, Castro se desmarcó y dijo que "los jueces son sancionados, la gimnasia es recta". La actuación de la chilena fue evaluada con 51,399 en total.