No hace mucho, a Arica se le conocía como "la ciudad de los 15 minutos"; incluso, hasta de los diez. Esto, debido a los tiempos razonables con los que los vecinos se podían desplazar para llegar desde un punto a otro, por distantes que parecieran en el mapa. Hoy, la situación es muy distinta.
Arica puede ser la ciudad de los 30 minutos o incluso más, dependiendo de la hora, o la ruta que se tome para moverse desde o hacia el trabajo, el colegio, la casa u otro lugar. Los atochamientos se han convertido en fenómenos cada vez más frecuentes, especialmente en algunos sectores del centro y en avenidas que son altamente transitadas.
Puede parecer una anécdota, o hasta con entusiasmo se puede hablar de los "costos del progreso" o del "crecimiento". Lo cierto que en concreto, es un retroceso lamentable en la calidad de vida de los vecinos y vecinas. Hoy, en una ciudad que puede ser tan particular y amable, tenemos que soportar este tipo de lastres y espinas propios de comunas impersonales y desproporcionadas.
La gestión de tránsito, sin duda, es una tarea pendiente. La ciudad no se ha puesto a tono, a la altura del explosivo crecimiento del parque automotriz. En general, el sistema sigue siendo el mismo de hace años.
Peor aún, condiciones indispensables para descongestionar se diluyen, se pierden o no se fiscaliza. Pasa con la pérdida de señales para evitar estacionamientos a media calzada en sectores claves, la falta de una gestión que incentive el transporte público y el impulso de medios alternativos. Hace meses ya, por ejemplo, que los gremios de taxis colectivos sugirieron un perímetro de exclusión para estacionamientos a media calzada en el centro, y de aquello, todavía no hay resultados.
Arica necesita de decisiones que puede llegar hasta ser impopulares, pero son aquellas las que entregan a la ciudad personalidad y resguardan su sello como una ciudad más vivible.
Lo demás es simplemente fomentar un status quo que está acabando con una de las características más entrañables y destacadas de la ciudad de la Eterna Primavera.