Los últimos resultados del Simce para segundos medios en lectura, dio a conocer datos preocupantes a nivel nacional. Datos que reflejan conductas y cambios culturales que pueden afectar definitivamente el aprendizaje de los estudiantes, según hasta ahora lo conocemos.

El escenario más complicado está en el segmento socioeconómico alto, que en los últimos cinco años muestra una tendencia clara a la baja en los puntajes para la medición de lectura.

Es complicado, porque hasta ahora, el paradigma decía que estos segmentos eran los que presentaban los mejores resultados, sustentados en condiciones económicas más ventajosas para acceder a una educación también mejor.

Sin embargo, la baja sostenida en los puntajes está cambiando la mirada a este respecto. Esto, porque en otros segmentos, como medio y bajo, se presenta una caída leve, en algunos casos respondiendo a altibajos de más de una década, pero sin el descenso dramático que se ha dado en uno de los sectores que debería presentar mejoras. La brecha, así, se acorta.

Lamentablemente, la reconocida brecha que existe entre quienes los sectores más y los menos acomodados en términos económicos, no se está acortando "hacia arriba". No existe una nivelación de resultados que sea virtuosa, lo que es un llamado a analizar con mucha profundidad y atención cómo está funcionando el sistema educativo en nuestro país.

Hay un reconocimiento de la distancia que existe, especialmente en los hombres, para tener hábitos de lectura y reconocer en el libro, por ejemplo, una entretención. Al mismo tiempo, se habla del peso que tiene en la pérdida de los hábitos de lectura, el uso de nuevas tecnologías.

Es tiempo de revisar qué se lee y cómo se lee. El desafío es hoy cómo motivar a la lectura en el marco del aprendizaje escolar, habiendo otras alternativas más fáciles y rápidas para también leer, dadas por las nuevas tecnologías.

Si bien la comprensión de lectura se convierte en una prueba objetiva para saber si un alumno entiende lo que lee, también se debe conocer qué y cómo los jóvenes leen y al final, qué resultado tiene eso en su aprendizaje.

En el momento que escribimos esta columna todavía no se ha contabilizado el 100% de los votos escrutados el domingo pasado 5 de Junio en las elecciones presidenciales peruanas, pero durante todos los conteos PPK ha estado sobre Keiko Fujimori, pero esta última se ha ido acercando, faltando aún los votos de la zona rural y del extranjero.

Es muy probable que recién el próximo fin de semana se tengan los resultados definitivos.

Uno de los efectos que ha tenido esta elección es la fuerza que tiene en el Perú el antifujimorismo, que fue precisamente lo que permitió en la elección pasada el triunfo a Ollanta Humala y que posiblemente permita a PPK llegar a la presidencia a pesar de que en la primera vuelta Keiko casi lo dobló.

Lo anterior se explica porque más de la mitad de la población peruana es antifujimorista, una encuesta de Ipsos lo situó en un 55% siendo además un sector ideologizado.

El gran problema que se avecina en el Perú es el tema de la gobernabilidad, si gana PPK se va a encontrar con un congreso con mayoría fujimorista y si lo hace Keiko con la mitad del país en su contra.

Quien llegue al poder tendrá que convocar a las diferentes fuerzas del país a seguir adelante a un país que en la última década ha tenido avances importantes en diversos ámbitos.

Sin duda la situación del país vecino es compleja, esperemos que puedan salir adelante y que no esto no tenga un impacto en la política internacional del Perú.