Un conflicto con causas que atender
La disputa que mantienen los taxis básicos con los servicios alternativos basados en aplicaciones como Uber y Cabify, que funcionan especialmente en Santiago, pasó de ser un debate verbal y normativo, para transformarse en un problema de índole policial, luego que conductores que funcionan bajo la modalidad "on demand" denunciaran "encerronas" de parte de los taxis tradicionales.
Hoy, se teme que el conflicto alcance una escalada similar a la que se ha visto en otros países latinoamericanos, como por ejemplo México, donde la aversión y violencia hacia los servicios particulares terminó con agresiones y riñas públicamente conocidas.
Se trata de un conflicto que, como en otros casos, se pudo anticipar. Hay que reconocer que la reacción de los taxistas es precisamente eso, una respuesta a un cambio en el mercado dado por la aparición de un servicio que ellos llaman "pirata". Sin embargo, no se pueden desatender tampoco las razones que motivaron el desarrollo de estos servicios alternativos.
Por ejemplo, se encontró dentro de la norma un flanco abierto que de acuerdo a los prestadores de los servicios basados en aplicaciones móviles, permitiría su funcionamiento. Ya es materia de revisión y de propuestas para poder definir bien las condiciones en las que este tipo de transporte de alquiler pueda funcionar.
Y en otro sentido, la "piratería" que denuncian los taxis básicos, se transformó en un síntoma de un servicio que, en algunos casos, es deficiente y que no ha logrado convencer a los usuarios, quienes son los que finalmente han validado y preferido los transportes de personas alternativos.
La experiencia muestra finalmente lo importante que es que un servicio esté muy bien reglamentado y al mismo tiempo, que cumpla con el objetivo principal, que es simplemente eso, servir.
En oportunidades, los servicios informales o hasta "piratas" de transporte, son un síntoma de las carencias en el servicio formal, y es algo que se debe evitar y solucionar desde la raíz. Y además, una experiencia que deben atender otros servicios de transporte y locomoción colectiva en todo el país.
Marco Porcio Catón
Este nombre corresponde a dos personajes de la historia de Roma republicana. Catón el Censor y su nieto Catón de Útica. El abuelo se distinguió por la lucha contra las modas helenísticas que invadían el mundo romano generando un estilo de vida basado en el lujo, en contraposición a las muy romanas modestia y castidad que indicaban las formas de los antepasados.
El nieto siguió los preceptos de su abuelo, haciendo de su vida un ejemplo de honestidad y sacrificio en pro de la república, detestando todo todo tipo de lujo y luchando literalmente hasta la muerte contra cualquier asomo de gobierno dictatorial que asomara como preámbulo a la entronización de algún rey. Tanto era su celo en el respeto a los principios morales más estrictos que todos sabían que estando Catón presente no era posible hacer trampa en ningún proceso.
Hoy que se habla tanto de lo público, del estado, pareciera que no todos comprenden lo que realmente significa el servicio público. Tendríamos que retroceder hasta el siglo 19 o a principios del siglo 20 para encontrar ejemplos de funcionarios estatales que hacían de sus vidas un servicio a la república, que ponían siempre su deber antes que sus ambiciones.
Y es que no es necesario ser un estoico autoflagelante para servir en una función pública, pero sí entender que si se trabaja en una función del estado, el sueldo que se percibe es el dinero de todos que, en un acto de confianza, depositan esa función en sus manos.
¿Dónde están los servidores públicos como el presidente Aníbal Pinto, que dejó la presidencia endeudado? Para ser empleado público hay que tener vocación de servicio y no de enriquecimiento.
"¿Y nos admiramos cómo se ha perdido la república, viendo que la ambición nos sigue hasta el borde del precipicio?" Catón el Censor.