Una buena noticia es el anuncio de la instalación de la planta solar ubicada en Pampa Dos Cruces, reafirmando el gran potencial que tiene esta región con miras a producir una energía limpia y sustentable, una decisión estratégica que permite soñar con un Chile independiente, sin necesidad de importar combustibles fósiles marcado por vaivenes del dólar.

Esto se suma a la capacitación del gobierno en esa línea, la que no es suficiente; desde hace años que debería existir todo un encadenamiento productivo hacia las energías renovables no convencionales (ERNC) con miras a continuar desarrollándolas y proyectarlas más allá de las fronteras.

Por lo anterior, una medida importante es la realización del Nodo de Competitividad Arica Solar, programa que beneficiará a diversos sectores productivos de la región, iniciativa realizada con el apoyo de Corfo, operado por Cordenor y ejecutado por la Corporación de Desarrollo Tecnológico (CDT) de nuestra Cámara Chilena de la Construcción.

A esta tendencia debe sumarse con toda la fuerza el área académica (universidades), la que tiene que impulsar un equipo que desarrolle esta tecnología para formar especialistas y generar conocimiento; pero además el Estado debe crear incentivos para empresas, por ejemplo para la mantención de paneles solares (limpieza y operatividad) y buscando la llegada de inversionistas extranjeros.

Un ejemplo de lo anterior es Almería, España, donde con incentivos de gobierno se creó un polo de desarrollo en torno a la energía solar el que hoy genera negocios y se vincula con otros países; por qué no soñar con una Arica autosustentable energéticamente, pero que además se convierta en un eje de progreso y experimentación sudamericana, y que ojalá implique cuenta de la luz más bajas para todos los ariqueños. Lamentablemente el Estado de Chile únicamente invierte el 0,5% del PGB a la investigación científica, según informó el OCDE, uno de los más bajos del mundo, por ello urge tomar decisiones de fondo que reviertan esta realidad. Construir Arica es obra de todos.

"una medida importante es la realización del Nodo de Competitividad Arica Solar".

Los antiguos ariqueños deben recordar claramente como hasta los años 90 del siglo pasado, la playa Las Machas hacia honor a su nombre, entregando a quien se internara unos pocos metros en sus aguas y removiera la arena con sus pies, decenas y hasta centenares de esos cotizados bivalvos.

Para quienes llegaron después a esta ciudad, esos relatos deben sonar casi a fantasía, ya que hoy casi lo único que se encuentra hurgando en ese sector costero son piedras pulidas por el sempiterno vaivén de las olas.

Efectos ambientales, pero sobre todo la sobreexplotación de recurso llevaron a la desaparición de la especie en el sector.

Afortunadamente, según Renzo Pepe Victoriano, investigador de la Universidad Arturo Prat, existen condiciones para repoblar de machas la playa del mismo nombre, lo que se ve respaldado por la aparición de un banco de estos moluscos en el sector peruano del litoral, atribuido a un par de experiencias de reintroducción de la especia realizadas años atrás.

Esta posibilidad resulta esperanzadora, pero al mismo tiempo plantea el dilema de qué hacer para que la historia no se repita y el recurso, esencialmente renovable, perdure como una fuente de riqueza para la región.

Y es que la historia de la macha es la más notoria y radical, pero no la única, del fenómeno de la sobreexplotación, que tiene otros capítulos en la presión que ha llevado a fuertes reducciones en la población de especies como la anchoveta y el loco.

Las vedas son una primera respuesta elemental, pero su control resulta a veces dificultoso y con el proceso de cambio climático su efectividad pudiera verse afectada.

Un paso más allá va el desarrollo de la acuicultura, que en el sur de Chile, con el salmón, ha provocado una revolución productiva, con luces y sombras.

En ese sentido, es de justicia aplaudir la reciente formación del Comité Público Privado del sector, presidido por el director zonal de Pesca, que tendrá como misión potenciar esta actividad como polo de desarrollo. La labor que tiene por delante es ardua, pero prometedora y puede llegar a ser un nuevo puntal de nuestra economía.