Clubes y Cárteles
Esta semana presentamos, ante el Consejo de Rectores, un libro que escribimos con doce académicos de diversas universidades regionales de Chile. Editado por profesores de la U. de Talca, uno de ellos fue parte de la UTA durante más de veinte años, Rodolfo Schmal, lo presentó. El libro "La Universidad en Chile presente y futuro: Reflexiones desde la Provincia", (a la venta) ha recibido buenos comentarios. No es fácil expresar una crítica al propio auditorio, pero lo hice y dije que los rectores de las universidades estatales pudieron ser un club y se han comportado más como un cártel.
Varios asistentes al evento me preguntaron por esa diferencia y parece que toda forma de organización interinstitucional es vista como colusión o asociación ilícita. El cártel es, de hecho, una organización anticompetitiva que busca proteger o aumentar beneficios.
Un club, en el sentido económico, es una organización de empresas que busca utilizar racionalmente recursos de uso común. Es de adscripción voluntaria, es decir, cualquiera que acepte las reglas del club puede pertenecer a él y no impide que los no pertenecientes al club operen en el mercado.
Las universidades operan en mercados donde la competencia, se sabe, es ineficiente. En el caso de la ciencia, predomina más bien la colaboración y los resultados de la investigación científica se publican abiertamente. Además las universidades en Chile otorgan títulos profesionales, es decir, licencias para ejercer profesiones. Son depositarias de fe pública porque el título certifica idoneidad y competencia profesional.
Como es obvio, en Chile las cosas no funcionan como debieran. La ciencia es "competitiva" y hace tiempo que los títulos profesionales resultan sospechosos. La organización de los rectores podría haber corregido estas anomalías hace mucho tiempo constituyendo un club de "buenas" universidades.
Para mi alegría, leo por estos días declaraciones del rector de la U. de Chile en la línea de nuestro libro.