Resguardos sanitarios de verano
En verano, la correcta manipulación de los alimentos y la forma en que se cocinan es muy importante. Es en esta estación cuando más casos de diarrea deben atenderse en los centros de emergencia. Y esta correcta manipulación de alimentos tiene que ver con la adecuada higiene en la preparación de los mismos, lo que prevendrá la ocurrencia de enfermedades entéricas, es decir, aquellas que provocan cuadros diarréicos.
La higiene no sólo tiene que ver con el lavado de manos, que es obligatorio y debe ser una conducta permanente, sino que también con el correcto lavado de los implementos como cuchillos, superficies -la mesa o tabla de trabajo- lavaplatos, baños, etc.
Asimismo, hay que preocuparse de limpiar adecuadamente los alimentos que se van a comer crudos. Hay algunas situaciones que son relevantes, como tener cuidado de no usar el mismo cuchillo -o lavarlo profusamente- con que cortamos la carne o el pescado crudo para pelar un tomate o picar la lechuga.
Y aunque esta información es conocida por la comunidad, hay que reconocer que en verano algunas conductas se relajan bastante. Esto trae como consecuencia la posibilidad de sufrir las consecuencias de la acción de bacterias como Salmonella y Shigella, cuyos efectos son muy complejos en niños pequeños y adultos mayores.
También está la tentación de consumir alimentos en la calle, cuyo origen y forma de procesamiento se desconoce. La mayonesa casera también se transforma en un factor de riesgo por el uso de huevos crudos, los que pueden estar contaminados con salmonella.
De esta forma, la prevención y cuidado es fundamental para evitar la ocurrencia de estas enfermedades. No sólo deben prevenir en el entorno familiar, concientizando a nuestros niños y niñas con la preocupación del lavado de manos cada vez que se consumirá un alimento o cada vez que va al baño, sino que también en el consumo de comida en la calle.
Son detalles que se deben tener en cuenta, porque pueden hacer la diferencia entre un verano inolvidable y otro digno de olvidar.
La ventana líquida
Como una ventana líquida a través de la cual los médicos creían ver los procesos más internos del cuerpo, el examen de la orina sentó las bases de los análisis clínicos. Desde el tiempo de los Sumerios que 4.000 años antes de Cristo registraban los análisis de este líquido en tabletas de arcilla, la historia del estudio de la orina con propósitos diagnósticos ha sido tan interesante como tragicómica. Los textos médicos en idioma sánscrito de 100 años antes de Cristo describen al menos 20 tipos diferentes de orina, y ya en la antigua India, los médicos sabían que las personas afectadas por lo que hoy llamamos Diabetes Mellitus, producían orina dulce, sabor a miel, que atraía a las hormigas. En la Europa medieval la inspección visual de la orina se llamaba "uroscopia" y los doctores elevaron este examen al nivel de un arte casi mágico, a tal punto que para hacerlo se ponían largas vestiduras y sostenían y hacían girar en sus manos, un recipiente con forma de vejiga, la que llamaban Matula frente a los ojos del paciente, antes de emitir un juicio médico; otros empezaron a diagnosticar sin siquiera ver al enfermo, solamente por el aspecto que presentaba la orina. Durante el Renacimiento, la uroscopia servía incluso para leer la buenaventura y predicar el futuro como horóscopo urinario. Desde el siglo XVIII para adelante el examen de orina se fue haciendo más científico y hoy gracias a modernas tecnologías podemos detectar a través de su estudio una infección urinaria, un cálculo renal, un traumatismo de riñón o un tumor de las vías urinarias o enfermedades metabólicas congénitas o adquiridas como la idiocia fenilpirúvica o diferenciar una Diabetes Mellitus de una Diabetes insípida. Mirando su sedimento con el microscopio podemos ver glóbulos rojos, blancos y distintos tipos de células y cristales, además de la formación cilindros hialinos, granulosos, hemáticos, grasos o céreos que indican tipos de nefropatías. Basta con mirar bien, a través de la ventana líquida que emitimos diariamente de nuestro cuerpo.