Aprincipios de diciembre fue celebrado el Día Internacional del Uso del Cinturón de Seguridad, fecha establecida por la Organización Mundial de la Salud. No cabe duda que este simple implemento ha sido el responsable de salvar miles de vidas de personas afectadas por accidentes; sin embargo, aún existen conductores que evitan usarlo cada vez que suben a un automóvil.

En Chile, la Ley de Tránsito, que entró en vigencia el 1 de enero de 1985, estableció por primera vez la obligatoriedad de uso de cinturón de seguridad en los asientos delanteros y desde el 2002, en todos los vehículos con ese año de fabricación o posterior, deben tener el cinturón atrás y su uso es obligatorio para todos los ocupantes del vehículo.

Carabineros ha sido enfático en reiterar que viajar sin el cinturón de seguridad es uno de los mayores factores de riesgo. La lesión más frecuente en los choques frontales son los traumatismos cráneo encefálicos, es decir, golpes en la cabeza, que habitualmente, se dan contra el volante, guantera o parabrisas. Una persona que sale despedida del vehículo tiene cinco veces más probabilidades de morir que aquélla que permanece en su interior.

Según el Informe sobre el Estado de la Seguridad Vial en la Región de las Américas de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la utilización del cinturón de seguridad reduce el riesgo de lesión mortal del conductor y de los pasajeros de los asientos delanteros hasta en un 50%, y de los pasajeros de los asientos traseros incluso hasta en un 70%.

Hay que recordar que el airbag no es un sustituto del cinturón de seguridad, sino que un complemento. Ambos elementos están diseñados para trabajar juntos. Si el airbag se activa sin el cinturón, puede ser incluso perjudicial.

El llamado, sobre todo cuando se inicia un proceso de fiestas y vacaciones, es a reiterar el necesario uso de este implemento. Además, es especialmente urgente que los menores de edad tengan el hábito de hacerlo, para lo cual hay consideraciones específicas que deben ser conocidas por los padres.

Hay que proteger la vida, ante todo.

En días recientes se hizo pública la última encuesta de opinión elaborada por el Centro de Estudios Públicos (CEP), organismo que siempre ha contado con la plena confianza de la comunidad nacional en materias de interés público.

Es destacable que en este estudio, ante la pregunta sobre cuáles son los tres problemas a los que el Gobierno debería dedicar mayor esfuerzo para buscarles solución, los temas prioritarios son la delincuencia, salud y educación, con un 58, 44 y 33 por ciento de las respuestas; en tanto que la corrupción, la pobreza y el empleo marcan un 24, 23 y 21 por ciento de las opiniones.

Para explicar este resultado podría argüirse que las encuestas son sólo vistas parciales de una compleja realidad, que es dinámica y cambia constantemente. Sin embargo, la respuesta a la pregunta de la CEP representa un diagnóstico veraz del sentir de los chilenos, que revela una creciente preocupación ciudadana respecto de la urgente necesidad de enmendar errores en la administración de la justicia y el control de la delincuencia.

El aumento en la sensibilidad de los ciudadanos frente a la delincuencia, podría estar asociado tanto a la violencia que ha acompañado la comisión de delitos en los últimos meses, como al aumento de víctimas fatales en los mismos. Otro factor que podría haber influido en la percepción de la delincuencia, es la creciente cobertura que este fenómeno recibe por parte de los medios de comunicación.

En efecto, cuando los chilenos opinamos que nuestro mayor problema es la delincuencia, es porque diariamente somos bombardeados en forma incesante con noticias que tienen que ver con hechos delictuales, tales como el robo con intimidación, el asalto a mano armada, el abuso y la violación, sin dejar de mencionar la colusión de la empresas para lucrar ilegalmente, las querellas por fraudes al Fisco por evasión de impuestos y las contribuciones ilegales para financiar campañas políticas, mediante boletas ideológicamente falsas.