A partir de la segunda mitad del año pasado, la comunidad regional ha estado ante un profundo debate en torno a la ubicación del futuro Museo de la Cultura Chinchorro, una de las obras más significativas y simbólicas que considera el Plan Especial de Zonas Extremas (PEDZE). Las principales posturas, en términos generales, apuntan a mantener este complejo en el sector de San Miguel de Azapa, en un sentido, mientras que por otro hay quienes plantean que este complejo debe estar en el radio urbano ariqueño, mejor si es en zonas que tienen una relación física con el pasado y con esta cultura.

Sin embargo, una de las críticas en medio del debate, tiene que ver con la representatividad que puede tener cualquier decisión al respecto, y a la consideración que se le da a la ciudadanía en general, a la hora de determinar el futuro de este complejo. Es por eso que el fin de semana, la Municipalidad de Arica realizó una consulta exploratoria que buscó conocer de manera muy inicial la visión de los vecinos respecto al lugar donde se podría emplazar este museo.

El resultado que tuvo esta consulta, en la que participaron más de 260 vecinos, fue de cierta manera sorpresivo. Se impuso una opción que no había aparecido con fuerza en el debate, y que implica instalar y poner en valor la cultura Chinchorro más allá de las fronteras comunales de Arica.

La alternativa que encontró mayor respaldo ciudadano fue la de crear tres museos, en San Miguel de Azapa, en el sector urbano de Arica y también en la comuna de Camarones. Los resultados de esta iniciativa del municipio ariqueño confirman una realidad que se conoce pero que no siempre es considerada: En la amplitud de visiones, se enriquece no sólo el debate, sino que los resultados que el mismo pueda tener.

El futuro del Museo Chinchorro está sujeto a una serie de aspectos que van desde lo financiero, hasta lo técnico y científico. No bastan sólo las voluntades para que esta iniciativa se concrete de acuerdo a una perspectiva ciudadana.

Sin embargo, el conocer qué quiere y espera la gente, siempre es importante.

En internet está figurando un tema alemán referido al abandono. Es un notable objetivo transversal. No hay que hacer un esfuerzo intelectual para detectar la profundidad de su contenido, se refiere a situaciones reales que suelen ocurrir. Como pertenezco a la vieja guardia recordé que un profesor normalista de mi época de estudiante primario, a propósito del abandono de los abuelitos, nos relató una historia parecida a la que comentaré. Algo deben tener los sentimientos que hace que tengan permanencia en el tiempo y que permitan su reiteración para bien o para mal. Hay tanta gente solitaria. Bueno, la historia trata de un viudo que vive solitariamente lo que le queda de vida. Tiene varios hijos pero escasas noticias de ellos, alejados, a través de una carta escrita con la complicidad de un amigo, inventa su muerte. La reacción de sus hijos no se deja esperar. El arrepentimiento cobra su precio por la ingratitud que ocupa su lugar en la conciencia de cada uno. En la lejanía queda el calor humano familiar que con su esposa en vida, reunía a todos. Con sus 85 años, el día de la noche buena sale a comprar lo necesario para preparar la tradicional cena que siempre disfrutaba la familia. Cubre delicadamente con adornos una mesa. Cree que el engaño de su muerte fingida le permitirá reunirse con sus hijos. Viste su mejor traje, humita al cuello. Ubicados en diversas ciudades el remordimiento afecta profundamente a sus hijos. Lágrimas y sentimientos de culpa ocupan espacios en la conciencia de cada uno(a).

Simplemente lo habían olvidado. Impactados por la noticia de su muerte concurren al hogar. No contaré el final…… porque estamos acostumbrados a que se nos de todo hecho. El fin figura en google bajo el título, "Un abuelo finge su muerte para reunir a su familia en Navidad"…¡búsquelo!... ya está bueno que se incorpore a la tecnología.