Los sobrevivientes de Feria San Marcos quieren dar la lucha
Los locatarios de la Feria San Marcos llevan más de 25 años funcionando a pesar de los altos y bajos que han tenido los últimos años con la baja de clientela y cierre de varios puestos que hoy se mantienen como bodega.
Por ejemplo, Francisca Condore, quien posee un restaurante en la feria, insiste en dar la lucha para mantener vivo el sector, que en sus años mozos fue un verdadero centro comercial. "Nosotros éramos 250 vendedores ambulantes que trabajábamos en calle O"Higgins hace 30 años atrás, pero como no teníamos permiso nos echaban los carabineros. Con el tiempo nos trasladaron a otra calle y de ahí nos volvieron a sacar", contó.
Ante ese panorama de inseguridad los locatarios recurrieron al banco para comprar el terreno que actualmente ocupa la Feria San Marcos. Una vez instalados, los comerciantes le dieron vida a más de 200 que abrieron esa época.
"Aquí pudimos surgir, vendíamos de todo y teníamos buena clientela, pero con el tiempo todo fue decayendo y varios puestos han cerrado tras la muerte de sus dueños, mientras otros funcionan como bodega hoy en día", comentó.
La mayoría de los pasillos está con locales cerrados y los pocos que hay siguen dando la lucha para mantener con vida la feria, que posee puestos de costura, oficinas, centro de llamados, restaurantes, florerías y juguerías. La llegada de nuevos comerciantes le ha dado un toque de modernización a la feria, pero los dirigentes aseguran que aún falta progresar más.
El horario de atención es de 8 a 22 horas, sobre todo los locales que están en la entrada de la feria.
"Seguiremos trabajando aquí hasta donde podamos, porque hay que activar el comercio", dijo Francisca Condore socia de la Feria San Marcos, ubicada en calle Maipú con Prat. J