El hombre que empezó a teñir de verde Chacalluta
Con más de 50 años trabajando en el aeropuerto Chacalluta, Hernán Siles Calle guarda en su retina parte de los acontecimientos más importantes ocurridos en el terminal aéreo, desde su puesta en marcha en 1957, en plena época dorada del Puerto Libre.
Este ariqueño, que a sus 75 años se desempeña como despachador comercial para la línea aérea Sky, pero que se inició en Lan Chile, partió en el aeropuerto de Chacalluta, "cuando éste era un peladero y no había un árbol", como aseguró.
Según su versión, él ha visto a mucha gente importante, ha observado hechos anecdóticos y, especialmente, ha visto y vivido todos los grandes procesos de cambios tecnológicos, tanto en la navegación, como en los equipos electrónicos que dirigen las naves y los referidos a las telecomunicaciones.
Hernán comenzó en la radio estación del terminal. "Recuerdo que cuando ingresé a trabajar esto era un peladero y fue inaugurado por el Presidente Carlos Ibáñez del Campo. En ese entonces, el aeropuerto requería de un motor diesel para operar con las comunicaciones a Santiago, las que hacíamos en código morse", relató.
Sobre los aviones, conoció a los antiguos que funcionaban con hélices (Douglas DC6 de 80 pasajeros) y y posteriormente, a inicios de los 60, "estuve atendiendo los primeros vuelos a reacción. Con la llegada de esos aviones cambió todo en la aeronavegación, puesto que acortó el tiempo de vuelo entre Arica y Santiago. Con los aviones antiguos se tomaban unas cinco horas en llegar a la capital, mientras que con la nueva tecnología, los trayectos quedaron en dos horas, lo que dio un auge a la navegación comercial", explicó.
Sin embargo, aseveró que el impacto por esos años en el terminal aéreo, "fue la transformación de la ciudad con el Puerto Libre, ya que en esos tiempos había mayor cantidad de frecuencias que ahora. Viajaba mucha gente de todas partes y aquí también se embarcaban la producción del Puerto Libre".
Hernán recuerda que en los inicios del aeropuerto los vuelos eran de noche.
"Teníamos que utilizar unos bochones (bolas con mecha) para iluminar la pista de aterrizaje y esto lo hacíamos cada vez que llegaba un avión", manifestó.
ANÉCDOTAS
Difícil es que este despachador comercial tenga pocas historias o anécdotas.
"Para el Mundial de Fútbol de 1962 tuve la oportunidad de conocer a la mayoría de las selecciones que jugaron en el Carlos Dittborn. Estuve con Lev Yashin (Arana Negra) de la selección de Rusia, que era el más famoso. También conocí a Leonel Sánchez y a parte de la selección nacional", contó sobre ese periodo.
También relató un hecho vivido hace muchos años, el que no ha olvidado.
"Aterrizó un avión que entre sus cargas traía unos perros. Una de las jaulas venía mal cerrada y cuando se abrió la puerta para ingresar al compartimiento de las cargas, los perros salieron arrancando. Salimos a buscar a uno que se fue en dirección a Gallinazos, desde donde nunca más apareció", agregó.
LEGADO
Hernán Siles tiene una conexión con el aeropuerto y que será su legado. El plantó el eucalipto más grande del jardín que tiene el recinto. "En esos años todo era seco. Incluso tuvimos que cavar un metro para sacar la sal y poder plantarlo. Luego otros funcionarios siguieron con otros especie. En la actualidad tengo unos cactus que estamos cuidando para seguir hermoseando el lugar". J