"El primer día fue muy frío, ni siquiera hubo saludos protocolares, a pesar de estar a metros de distancia. Pero en adelante, hubo un clima más cívico y nos saludamos con los ex presidentes Meza y Rodríguez. Sin embargo, conversaciones más largas no hubo", así definió el diputado Vlado Mirosevic los días en La Haya, hasta donde llegó junto a la delegación chilena para observar los alegatos de la demanda marítima que interpuso Bolivia contra Chile.
El parlamentario aclaró desde Europa que, pese a la connotación, para los ciudadanos de La Haya, el tema que enfrentaron ambos países no era allí de relevancia. "Hubo algunas publicaciones. Hablé con algunos holandeses que sabían que se estaba discutiendo una demanda entre Bolivia y Chile. La Haya está acostumbrada a este tipo de casos, dado que son la sede de varios organismos internacionales", aseguró.
Sobre el ambiente de la delegación criolla el diputado del Partido Liberal de Chile resaltó que, "en la delegación chilena ha primado un estado de ánimo de disciplina. Muchas horas de estudio, varias reuniones y un clima de mucha prudencia. Me gusta la sobriedad que tiene Chile en su política exterior. No es necesario salir celebrando antes de tiempo, a pesar de que sabemos Chile tiene la mejor posición en este caso".
ARICA Y PARINACOTA
Al ser consultado sobre si este escenario político podría servir para que el Estado ponga atención a los ariqueños, tratándose de una zona fronteriza, Mirosevic aseveró desde La Haya que, "he conversado con el canciller en muchas ocasiones sobre este tema y él tiene claridad absoluta de que Chile necesita un nuevo trato con Arica. Lo conversamos con una metáfora ejemplificadora: necesitamos que el país corresponda este amor, no correspondido, con Arica. Los ariqueños nos sentimos muy chilenos, pero nos gustaría que fuera recíproco. Los 1000 millones de dólares son la oportunidad para el inicio de un nuevo trato. Pero no son suficientes, necesitamos por ejemplo un megapuerto para proyectar Arica al 2030". J