Años de ejercicio profesional en el sistema educacional, me han permitido trabajar con objetivos transversales (competencias que se deben lograr) con mi heterogéneo alumnado. La modestia siempre ocupa un lugar de privilegio. La Real Academia Española la define (1). Como la virtud que modera, templa y regla las acciones externas conteniendo al hombre en los límites de su estado. (2). Falla en la cualidad de humilde, por engreimiento o vanidad. Siendo normalista y anhelando lograr mi grado académico continué estudios universitarios. En la primera clase se nos presentó un profesor. Partió de la peor manera. Con cara adusta, altaneramente manifestó: " Soy doctor en educación y desde ahora se me deberá llamar como tal y no como profesor". Los 15 profesionales que ganamos un cupo, nos miramos sorprendidos por tamaña presentación. Como siempre hay que darle tiempo al tiempo, poco demoramos en darnos cuenta que le quedaba grande desarrollar sus clases. Dejaban bastante que desear. Era muy joven y a menudo nuestra experiencia desnudaba sus limitaciones. Su ayudante lo superaba. Las intenciones del doctor se canalizaban hacia el logro de cargos superiores. En la Pontificia Universidad Católica, el reconocido Dr. Roberto Prudencio (Antropología filosófica), nos enseñó que la modestia es una virtud moral derivada de la templanza, que inclina al hombre a comportarse dentro de los justos límites que corresponden a su estado, ingenio y fortuna. Incluye la humildad que modera el movimiento del alma hacia la excelencia. " Cuando falla la modestia en el desempeño de un cargo pueden cumplirse los anhelos de poder, pero a algunos la arrogancia les traiciona. Espero que en la senda educativa actúen con humildad, sapiencia y respeto en sus tareas formativas. Quien menoscabe al semejante podrá vivir la gloria pero difícilmente le será duradera. Para caminar por un sendero llano tendrán que hacerlo con modestia alejándose de brindar ejemplos de actitudes intolerables. ¡Les ordeno no olvidar jamás este mensaje!." Extraordinario maestro.

Hace sólo unos días, la Municipalidad de Arica anunció una inversión cercana a los 40 millones, de pesos, la que será destinada a la compra de dos mil luminarias de distinta potencia para mejorar la calidad del alumbrado en el sector costero y en poblaciones de la ciudad.

La iniciativa acordada por el Concejo Municipal, se tomó después de las distintas voces ciudadanas que hicieron saber de esta necesidad. En sus habituales rondas poblacionales y recibiendo las inquietudes de la comunidad, La Estrella de Arica pudo constatar la solicitud de vecinos de distintos sectores quienes han hecho hincapié en las complicaciones asociadas a la falta de iluminación.

El denominador común es la inseguridad, en el más amplio sentido del concepto. Desde el punto de vista de la seguridad pública una de las variables más importantes es tener calles bien iluminadas. Se reconoce que las calles oscuras son espacios que se regalan al ocio y la delincuencia, situación que empeora cuando se trata de plazas y parques.

Pero la inseguridad no sólo queda ahí. La falta de iluminación también genera riesgos viales, como lo han hecho saber principalmente los trabajadores del transporte colectivo. Los choferes de taxis colectivos que recorren distintos puntos de la ciudad, dieron a conocer las dificultades que genera la oscuridad en algunos puntos de Arica.

Calles oscuras son un peligro para peatones, ciclistas y automovilistas. En el caso de quienes conducen, las penumbras pueden ocultar las imperfecciones de muchas de nuestras vías lo que puede provocar accidentes. Tampoco contribuye a identificar bien las condiciones del tránsito, señales y otras situaciones similares.

Es por eso que la decisión del municipio es digna de destacar, aun cuando sea una medida de "emergencia" y no definitiva, responde a la necesidad primordial planteada por la población. Pero como se indicó desde el municipio, este paso se suma al proyecto principal de cambiar las 25 mil ampolletas de sodio existentes por luminarias led, que sin duda, será la mejora definitiva.