A partir de los resultados de la reciente encuesta de Caracterización Socioeconómica (Casen), la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad del Desarrollo elaboró un informe que da cuenta de la evolución de la satisfacción con la vida que lleva la población nacional, o simplemente, qué tan felices somos los chilenos.

El estudio hace un recorrido por todas las regiones y también aborda el comportamiento que ha tenido la medición de la felicidad en algunas comunas, entre las que destacan Las Condes, Providencia, Ñuñoa, Santiago, Angol, Chiguayante, Viña del Mar, Punta Arenas, Copiapó y Calama.

Algunas de estas comunas en su momento, aparecieron como las más desmejoradas en términos de calidad de vida, y sin embargo, hoy se alzan como las que se identifican con la más alta percepción de satisfacción por parte de sus habitantes.

Lamentablemente nuestra región y particularmente Arica se encuentran en un escenario distinto. Y es que las regiones que registran un menor nivel de satisfacción son Biobío, Los Lagos, Los ríos, Arica y Parinacota y El Maule. En el caso de Arica, se trata de la zona del país que experimentó una de las caídas más importantes en su nivel de "felicidad" y por primera vez ingresó al grupo de las cinco regiones con vecinos menos satisfechos con su vida.

Suena poco amable con la "ciudad de la eterna primavera", pero la afirmación que hace este informe se basa en algunos parámetros objetivos, entre los que está n el acceso a la salud y su calidad, el acceso a la educación y el que es quizás el más importante y a la vez determinante: el nivel de ingreso familiar. El alza en el costo de la vida no se compara con el menor ingreso familiar que registra la región, el menor de todo el norte del país, contexto que genera estrés.

Es evidente que existen aspectos para mejorar la felicidad de la gente que no son fáciles de resolver, pero hay otros que sí.

El que sea la encuesta Casen la que arroje luz sobre estas necesidades, es un buen punto de partida, en este caso, para lo que pueda hacer el Estado para cambiar estos resultados.

En la década de los 50 y siendo un lolo de 20 años aterricé en esta ciudad . Venía de la capital y tuve ganas de llorar cuando ví un mísero aeropuerto en medio de un arenal y en la vieja ciudad solo un par de calles a medio asfaltar ( lo que no ha cambiado mucho porque lo que más falta en la ciudad es asfalto para al menos disimular los hoyos ), pero la alegría de reencontrarme con mi familia que ya estaba aquí un par de años, me hizo olvidar mi temor. Pasaron los años y poco a poco ví florecer esta pujante urbe, y…. me enamoré no solo de mi bella esposa , sino de también de esta bella ciudad y su clima.

Pronto me hice un fan de esta tierra, hoy la amo, la defiendo,la promuevo en mis núcleos familiares y sociales especialmente los de otras zonas, argumentando por experiencia propia que esta es la mejor ciudad para vivir los años dorados, poco tiempo perdido en traslados, gente amable, vida más barata, menos delincuencia, más tiempo para tu actividad , tu vida , tu familia, tus amistades….. pero como cantaba la Mercedes Soza "cambia todo cambia"

Los tiempos de desplazamiento se han alargado, falta de calles, y lugares donde estacionar, y si piensas movilizarte en la idílica bicicleta, mejor no lo hagas, porque la barbarie ya se ensañó con los pedaleros, no dejándole lugar alguno, a lo que podría ser la solución para dejar el auto en casa y llegar a tu pega o al centro para realizar alguna gestión aparte de los beneficios en salud, se van convirtiendo cada vez más en solo un deseo y una frustración. Conductores alterados y gente cochina, botando desperdicios, por todos lados, agravado por ineficiente actividad de aseo por quien debe efectuarla , tacos enormes por no haber previsto con mucha anticipación las soluciones adecuadas antes de haber permitido la instalación de colegios y a la construcción de edificios sin considerar el flujo vehicular , e inseguridad en muchos sectores.

Arica querida , no me decepciones por favor,no se te vaya a ocurrir cambiar el clima.