Melkin el colombiano amado de Maipú Oriente
En uno de los niños más queridos de la población Maipú Oriente se ha convertido el colombiano Melkin Perea, de 9 años.
El pequeño que llegó a Arica hace un año 8 meses del país cafetero recayó en las cercanías del Mundialista lo cual le ha traído solo buenas noticias.
Con sus ojos bien grandes y negros Melkin cuenta que junto a su padre, madre y hermano debieron venirse desde Colombia, porque el hijo mayor de la familia Perea tenía un tumor en la pierna.
"Mi hermano tenía cáncer y en Colombia los médicos le dijeron que la única solución era cortarle la pierna, entonces mi mamá comenzó a averiguar y le dijeron que en Chile los tratamientos eran mejores que en nuestro país", explicó el pequeño Melkin.
Pero hoy en Arica Perea está agradecido del país que lo acogió, ya que sanaron a su hermano de una amputación y de paso se ha ganado el respeto y cariño de la gente de norte; "todos me demuestran cariño; mis amigos de la ex escuela Lincoyán, los del barrio donde vivo, y mis compañeros del fútbol me quieren mucho".
¡Y era que no! Si por donde transita Melkin traspasa esa alegría que tienen los colombianos para afrontar la vida; de hecho la dueña del almacén donde acostumbra a comprar el pan el cafetero, nos pide que por favor no le hagamos más notas, ya que si sigue en las portadas "los colombianos lo van a repatriar".
Lo anterior habla bien del pequeño que hoy se divierte como pelotero en las canchas del Mundialista cada vez que juega San Marcos de Arica. "Lo que pasa es que siempre me ha gustado el fútbol y cuando llegué desde Colombia me fui enseguida al estadio a ver si podía jugar en un equipo, hablé con el preparador físico y me dijo que todavía no tenía la edad para estar en los cadetes, así que me tuve que conformar con ser pelotero cada vez que San Marcos juega de local".
Por ahora una empanada y una vaso de bebida es su sueldo cada vez que le toca oficiar de pasapelotas; "con eso me conformo, además que puedo ver el partido en vivo y en directo, a los jugadores y toda la movida que hay en un partido profesional; como me gusta el fútbol, disfruto mucho", explicó Melkin.
Agregó que "yo quiero ser jugador profesional para tener bien económicamente a mi familia; si yo soy futbolista a ellos no les faltará nada", reconoce Perea.
El pequeño futbolero reconoce que en Cali el mayor problema es la droga; "mis amigos de mi edad ya consumían droga y estaban metidos en problemas con las bandas de narcotráfico, por eso también nos vinimos", aseguró. J