"Hoy piensas en la FIFA y piensas en corrupción". Esa fue la frase con la que el portugués Luis Figo presentó el miércoles su sorpresiva candidatura al asiento más relevante en el fútbol mundial. Superestrella como jugador, declaró que era el tiempo de "devolverle algo" al deporte que le había entregado tanto, y de inmediato comenzó a recibir el apoyo de colegas y entrenadores.
Figo se transformó en la última pieza de la elección presidencial de la FIFA, pactada para el próximo 29 de mayo, junto con otros tres personajes que, con distintas trayectorias, apuntan al mismo objetivo: desestabilizar la anquilosada estructura de una de las corporaciones más poderosas del mundo, marcada hace décadas por las acusaciones de corrupción y una estructura vertical de control.
Tres conceptos que confluyen en un personaje, Joseph Sepp Bellend Blatter.
El inmortal Eduardo Galeano escribió hace dos décadas que "no hay duda de que el mundo gira alrededor de una pelota de fútbol".Y esa pelota tiene un dueño: la Fédération Internationale de Football Association. Con más de un siglo de historia, la FIFA tiene un poder e influencia comparable a la de una superpotencia y, con 209 asociaciones reconocidas, engloba a más países que las Naciones Unidas.
En la cima de todo está Blatter, un economista suizo de 78 años que tras décadas de trabajo tras bambalinas se convirtió en su presidente en 1998, acumulando un poder difícil de cuantificar. En mayo irá por su quinto mandato, pero algo nuevo se está cocinando.
Hace cuatro años, en la última elección, Blatter fue elegido por aclamación, ya que ningún bloque opositor fue capaz de articular a un candidato de consenso. Pero este año las voces disonantes se han propagado, apoyadas por un período oscuro de denuncias y que se grafica en la "cuestionable" elección de Qatar -un país sin estadios ni tradición futbolística- como sede del Mundial 2022.
El ansia por vientos de cambios es tal que incluso el eventual candidato chileno, Harold Mayne-Nicholls, prefirió desistir para apoyar a los candidatos mejor perfilados, con los que aseguró compartía "los mismos valores y principios". Blatter es el favorito, pero tiene varios opositores a través del mundo. J