Lamentablemente, el caso de don Guillermo, el vecino que "vivía" en una animita, es uno de los tantos que se cuentan de personas "en situación de calle". El concepto, para muchos un eufemismo que explica la indigencia, busca definir a las personas que acomodan su existencia a la vida en la vía pública.

En este contexto, Arica se presenta como una de las ciudades de Chile que ofrece las condiciones más benévolas para que aquellos que han sufrido graves reveses en sus vidas, terminen en la calle, en plazas o en rincones a la intemperie. Claramente, no es lo ideal ni lo que se espera no sólo de una sociedad que busca su desarrollo económico, sino que también su crecimiento humano.

Sin embargo, se trata de un tema complejo, difícil de resolver. Muchas de las personas que se encuentran en situación de calle, en ocasiones también registran algún problema con sus facultades mentales o presentan alguna condición siquiátrica o sicológica que requiere de atención y cuidados profesionales.

Es en este punto en el que el Estado necesita invertir para hacerse cargo de aquellas personas que sufren no sólo por estar en la calle, sino que también por enfermedades mentales. Si bien éstas se reconocen, en algunos de sus tipos, entre los males más frecuentes de los últimos años, aún los tratamientos dependen en gran parte del protagonismo y los recursos de las familias. Algo similar ocurre con aquellas personas que viven en las calles.

Es en estos casos en los que el Estado debe poner atención, para ayudar a devolver la dignidad a aquellas personas que por diversas circunstancias han terminado en la vía pública. De manera similar, el gasto en salud mental en el país debe ajustarse y responder a las claras necesidades de la sociedad.

Mientras esto no ocurra, por puntuales que sean casos como los de don Guillermo y otros que se ven en nuestra ciudad, su permanencia y falta de resolución seguirá siendo un lunar en este objetivo de mejorar la calidad de vida de toda la población.

El 2014 fue un año particularmente difícil para la Fiscalía de Arica y Parinacota, toda vez que el desarrollo de dos juicios orales de alta complejidad, sumado a otras investigaciones de este tipo actualmente en curso y la sobrecarga laboral junto con la escasa dotación generaron un complejo escenario que se logró sortear gracias al compromiso de las mujeres y hombres que integran esta institución.

A raíz de este panorama, 9 fiscales de otras zonas del país vinieron a nuestra región para apoyar el trabajo en diversas labores. Asimismo, se implementaron varias iniciativas tendientes a mejorar la gestión. En el ámbito jurídico, podemos señalar que el año pasado se registraron menos denuncias que el 2013; sin embargo, el crecimiento de causas desde la creación de esta Fiscalía el año 2007 alcanza un acumulado del 42,53%

Asimismo durante año pasado logramos disminuir el archivo provisional de casos en un 10,56%, mientras que de los 201 juicios orales obtuvimos sentencia condenatoria en contra de 229 personas.

Tales cifras de la gestión 2014 dan cuenta del eficiente trabajo de fiscales y funcionarios; no obstante ello, este 2015 nos depara varios desafíos dirigidos a mejorar la calidad de las investigaciones y los servicios ofrecidos a los usuarios víctimas y testigos.

El objetivo es trabajar para seguir disminuyendo el archivo provisional de casos, así como aumentar la judicialización y las sentencias condenatorias en juicio oral. Por otro lado, este año se trabajará en la creación de una unidad de investigación de delitos de alta complejidad que se dedicará exclusivamente a este tipo de ilícitos, así como también se seguirá intensificando la persecución penal de delitos de tráfico de drogas, violencia intrafamiliar, corrupción, tráfico de migrantes y microtráfico, entre otros. Respecto a la atención, se pretende crear nuevos canales de contacto con víctimas a fin mantenerlos informados durante todo el proceso penal. Otro de los desafíos será fortalecer la coordinación interinstitucional con los organismos auxiliares de la Fiscalía.