Hacer nuestro inventario
Diciembre, mes de cierre de un ciclo temporal, etapa de recuento, de inventarios, de sacar conclusiones sobre lo bueno y lo malo; lo provechoso y lo inútil; lo alegre y lo triste; lo logrado y lo perdido. Los astrólogos consideran que al final del año debemos cerrar definitivamente la etapa de los 12 meses, e ingresar a la nueva sin dejar nada pendiente, y con la decisión de iniciar y mantener la determinación de ser más eficientes obtener más logros y cometer menos errores. En resumen, de hacerlo mejor que en esta que ya estamos culminando.
Para ello, ayudaría mucho reflexionar sobre cómo estuvo nuestro caminar por el 2014. ¿Fue mejor que el 2013? ¿Cuánto hicimos de lo que nos propusimos? ¿Cuántos nuevos amigos tenemos? ¿Cuántas sonrisas y miradas de afecto logramos atesorar? ¿Con cuánta energía positiva nos hemos recargado? ¿Cuánto más amor recibimos?
También, tendríamos que reflexionar acerca de lo negativo que puede dejar nuestro paso por este ya agonizante año: ¿Cuántos heridos estamos dejando en el camino? ¿Cuántas miradas recelosas, gestos de desprecio o de rechazo quedan a nuestras espaldas? ¿Cuántas manos extendidas inútilmente, cuántos clamores perdidos que no lograron entrar en nuestra conciencia?
Dichoso el ser humano que es capaz de sentirse totalmente satisfecho en el recuento de lo realizado y lo obtenido. Dichoso el sembrador que fue capaz de desechar la semilla mala y solo sembró las buenas, para cosechar hermosos frutos, vitales para el alimento del cuerpo y del espíritu.
Dichoso el ser humano que es capaz de realizar un inventario totalmente objetivo y verdadero acerca de su trabajo durante el año. Aquel que honesta y sinceramente reconoce sus fallas, sus déficits, y que de la misma manera tiene la visión clara de lo que debe, irreductiblemente, transformar en saldo positivo para el próximo ciclo anual.
Les invito a confeccionar nuestro propio inventario de lo que ha sido para nosotros este 2014 que ya nos abandona.